De ese monto 2 mil 400 millones provendrán de un CKD (Certificado de Capital de Desarrollo) que se colocará en el mercado bursátil, donde el Fondo Nacional de Infraestructura tendrá el 51%.
Este vehículo aportará alrededor de mil 224 millones de dólares y aproximadamente mil 176 millones más lo ejercerán principalmente afores, que tomarán el 49% restante de ese certificado.
La multinacional estadounidense AES también se interesó en subirse al CKD. Esta compañía podría aportar algunas de sus plantas. Aquí son dueños de Mérida III y Tamuín, en San Luis Potosí.
Otros 3 mil 500 millones serán equity que la banca comercial quiere tomar en su totalidad, aunque se contempla un tramo para Nafin-Bancomext de Luis Antonio Ramírez y Banobras de Jorge Mendoza.
En este tranche se negocia con BBVA de Eduardo Osuna y Santander, que se acaba de subir, tras de que Ana Botín manifestara en su reciente visita a Andrés Manuel López Obrador su interés de entrar.
También van Sumitomo Mitsui que lleva David González, BNP Paribas que dirige Nicole Reich y Banorte de Carlos Hank González. Otro que también está interesado es el fondo soberano de Abu Dhabi, ADIA.
Como informamos en su momento, Iberdrola, que preside José Ignacio Sánchez Galán, no se va de México tras desinvertir en estas 12 plantas de ciclo combinado, más otra de energía eólica.
El que era el principal generador de energía eléctrica privada va desarrollar un ambicioso plan de energías renovables en nuestro país. Su objetivo es construir seis plantas, principalmente solares.
Iberdrola busca producir en México capacidad por cinco gigawatts, para lo cual invertirá entre 4 mil y 5 mil millones de dólares. Es decir, mil millones de dólares menos de lo que recibirá por sus 13 plantas.