La Cuenca del Río Lerma cuenta con 55 plantas tratadoras, de las cuales, 22 ya no están operando; además de que las tres que destacan por su volumen de agua tratada como lo son la Macro Planta Norte, la Macro Planta Oriente y Reciclagua México, funcionan a menos de un 80 por ciento de su capacidad.
En Toluca, se ha descuidado la infraestructura de estas plantas de tratamientos; para que funcionen, implica millones de pesos mensuales en energía eléctrica, así como cuestiones operativas y técnicas, gastos que las autoridades a cargo obviamente no están realizando y que beneficiarían para aprovechar toda el agua de lluvia que puede ser un factor fundamental para evitar problemas de abastecimiento como actualmente se presenta en importantes captadores de agua, como lo es la Cuenca del Río Lerma.
Estas plantas de tratamiento han sido por muchos años elefantes blancos para las administraciones, ya que muchas no han tenido mantenimiento y no cumplen con la normatividad vigente.
En entrevista para EL VALLE, el ingeniero Luis Eduardo Mejía Pedrero, experto en Hidráulica, destacó que lamentablemente, las plantas de tratamiento para el Valle de Toluca no tienen presupuestos dedicados formalmente para la captación de agua de lluvia, a diferencia de la Ciudad de México, donde desde el 2019 empezaron a solucionar la falta de agua en las viviendas de Iztapalapa y Xochimilco con esta tecnología.
Además, que en el municipio de Toluca existen fraccionamientos que cuentan con sus plantas de tratamientos, sin embargo, al menos 8 no operan fundamentalmente porque el Organismo Operador no tiene la capacidad económica para realizarlo.
El experto recomendó a los Ayuntamientos fomentar la captación de agua de lluvia y construir este tipo de sistemas en las escuelas, aprovechando los arcotechos y en edificios públicos, ya que en el caso del Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca no cuenta se con infraestructura que permita su aprovechamiento, lo que genera un desperdicio del vital líquido aun cuando actualmente la escasez de agua es una constante en la capital mexiquense.
De igual manera, Iván Vilchis Mata, investigador de CONACyT y adscrito al Colegio Mexiquense informó que en Toluca, estas plantas de tratamiento de aguas residuales tienen entre 30 a 40 años y requieren ciertas actualizaciones y mantenimientos que no se han hecho, actualmente necesitan una reingeniería porque los trenes de tratamiento que permiten la limpia de las aguas ya son obsoletos para el tipo de contaminantes que se tiene, lo que no permite contar con un líquido de mejor calidad y que se pueda aprovechar. Estas plantas han venido operando desde hace mucho tiempo pero aquí, la paradoja es que inviertes muchísimo recurso, energía, emisiones también a la atmósfera por todos los gases y todos los residuos que se tienen, y después la tiras, o sea es un desperdicio, dijo.
Destacó que la administración y gestión depende del tratamiento, enfoque y conocimiento que se aplica, para que el proceso de depuración de estas aguas sea el adecuado, pero las actuales autoridades no han querido meterse en el tema, demostrando un desinterés e irresponsabilidad, ya que predominan los malos hábitos y manejos que hacen que estos lugares no estén operando correctamente.
Manifestó que se cuenta con un panorama adverso ante la falta de agua, que la temporada de lluvias puede ser un área de oportunidad para que todos los municipios con organismos que se encargan del agua y drenaje, diferencien entre lo industrial y lo habitacional, asumiendo la responsabilidad a través de inversiones y financiamientos para tener un mayor beneficio a la sociedad, la económica y el ambiente. Es una cuestión de que se responsabilicen del tratamiento, por eso de repente no le quieren entrar, porque saben que hay unos manejos no adecuados en el tratamiento, por ahorrar costos, porque no tienen el personal completo, porque están haciendo algún mantenimiento, por x razones, algunas pueden justificarse y otras no, dijo. Resaltó la importancia de invertir en el tema, ya que los beneficios pueden ser todavía mayores, destacando que desde la academia se cuenta con gente brillante que puede trabajar con los encargados de la gestión del agua para generar acciones que beneficien el abastecimiento, como lo son los humedales que funcionan como un filtro natural para limpiar las aguas. El investigador reconoció que los operadores de las plantas tienen la responsabilidad de garantizar que el tratamiento sea el correcto y que las autoridades visualicen que se realiza una gran labor en hacer esa depuración y que se está desperdiciando el agua. El llamado ahí es que pongan atención a algo que ya se le invirtió mucho recurso, mucho esfuerzo, mucha energía y aprovechémoslo, porque es realmente ahí donde está ese oro líquido que necesitamos para la continuidad, el desarrollo y el bienestar de la de la sociedad. Se tiene que hacer más eficiente el uso de estas aguas. Dijo que cuando se vea ese interés, que seguramente será en los próximos años, los sistemas de abastecimiento van a obligar a que las plantas de tratamiento operen en condiciones que garanticen que realmente están eficientizando los procesos. Si tú no obligas a que el proceso de tratamiento tenga que estar en condiciones óptimas o que garanticen ciertas calidades, no lo vas a hacer; entonces, si hay una opción de que el tomador de decisión o la autoridad competente vaya a hacer uso del agua que descargas tú, estás obligado a optimizar tu sistema. Reiteró que se necesita voluntad, ya que los trabajadores con conocimiento realizan una labor titánica para poder hacer la depuración, pero los que toman las decisiones prefieren invertir en cuestiones que no dan garantías de recuperar principalmente el agua de lluvia que, para estas fechas, se estará desperdiciando a pesar de la escases que se presenta en el Valle de Toluca. El investigador, destacó que el aprovechamiento del agua tratada se debe de ver como una inversión y no como un gasto, como actualmente lo ven las autoridades, ya que al garantizar el abasto y una depuración, se generan beneficios económicos, ambientales y sociales. Ambos expertos coincidieron que en la entidad se cuenta con infraestructura importante para el tratamiento de agua residual, sin embargo, en el caso de las plantas de tratamiento que hay en Toluca, no funcionan al 100%, situación que pasa en la mayoría de las plantas en el país, donde existe la infraestructura, pero el problema es saber quién se encarga de ellas. De igual manera, señalaron que el poco interés en la inversión, así como de planeación estratégica para la distribución del agua, mantienen al Estado de México en una profunda crisis hídrica.