La propuesta, remitida a la Comisión de Infraestructura para su análisis y a la Comisión de Transparencia y Anticorrupción para opinión, añade la fracción XVII al artículo 46 de la Ley de Obras Públicas. Esto significaría que todos los contratos de obras públicas para bienes inmuebles deberán incluir una cláusula que obligue a la instalación de sistemas de captación de agua pluvial.
Guerrero Márquez destacó que la escasez de agua afecta al 40% de la población mundial, y en México, se han instalado 1,500 plantas de tratamiento de aguas residuales en las últimas décadas. Sin embargo, la captación de agua de lluvia ofrece una alternativa económica y accesible, aprovechando la infraestructura existente de las viviendas para recolectar, almacenar y utilizar el agua durante temporadas de sequía.
El sistema funciona recolectando agua de lluvia desde el techo u otras superficies, filtrándola y almacenándola para usos diversos como el riego de plantas, lavado de ropa, limpieza del hogar, y como protección contra incendios. Este método, aunque no es nuevo, es una solución eficiente y sostenible que puede reducir la dependencia de la red de suministro y disminuir la huella ecológica.
La iniciativa subraya que estos sistemas no requieren equipamiento complicado y tienen un mantenimiento sencillo. Además, el agua de lluvia recolectada puede ser utilizada para múltiples propósitos, lo que representa un ahorro en tarifas y una fuente de agua gratuita. También contribuye a aumentar las reservas de ríos y lagos, promoviendo una mayor conciencia ambiental y educativa ante la crisis del agua.
Aunque el gobierno ha implementado diversas herramientas para educar sobre la crisis del agua, Guerrero Márquez señaló que aún no existe una regulación obligatoria para la captación de agua de lluvia en nuevas construcciones. Por ello, su propuesta busca llenar este vacío legal y promover una gestión más sostenible del agua en el país.