El movimiento telúrico no solo sacudió los cimientos del recinto sagrado, sino también los sentimientos de los pobladores católicos, ya que no se trata de una estructura religiosa, sino de un símbolo de identidad comunitaria.
Situada en el corazón de la comunidad, la iglesia sufrió severos daños estructurales durante la falla sísmica, dejando a su paso una cicatriz en el municipio. En la restauración se está trabajando diligentemente para conservar la esencia histórica del templo; además, se están incorporando técnicas modernas para fortalecer la resistencia ante futuros eventos naturales.
Cabe destacar que, en la reconstrucción de fachadas hasta la rehabilitación de elementos decorativos, se está respetando la autenticidad arquitectónica y la memoria de quienes han venerado este sitio por generaciones. Para muchos esta restauración va más allá de una reconstrucción física, pues representa un renacimiento espiritual y cultural.
Con el apoyo de los residentes y el compromiso de continuar con la preservación del inmueble, se espera que el templo de la Virgen de Ocotlán recupere su esplendor y continúe siendo un faro de esperanza y fe para las generaciones venideras, fortaleciendo el tejido social y cultural de Tepexco en el proceso.