Son un marco integral de desarrollo sostenible, llamando a la acción global para abordar los desafíos más urgentes del planeta, incluyendo la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental y la falta de acceso a la educación y los servicios básicos de salud.
A este respecto, el libro An Architecture Guide to the UN 17 Sustainable Development Goals (2020) de Natalie Mossin (directora del Instituto de Arquitectura y Tecnología de la Real Academia Danesa) expone distintos casos prácticos resaltando las estrategias arquitectónicas orientadas al cumplimiento de los ODS.
Así, los edificios energéticamente eficientes que utilizan fuentes renovables de energía contribuyen al ODS 7, que apunta a garantizar el acceso a energía asequible, fiable, sostenible y moderna.
La arquitectura sostenible también aporta directamente al ODS 11, enfocado en lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, mejorando la calidad de la vida humana desde sus entornos habitables.
Igualmente, el uso de materiales sostenibles y técnicas de construcción de bajo impacto ambiental contribuye al ODS 12, que busca fomentar modalidades de consumo y producción sostenibles.
De forma incidental, la arquitectura sostenible colabora con otros objetivos de los ODS, ayudando a reducir la pobreza y la desigualdad, promoviendo la salud y el bienestar, y constituyendo acciones directas para mitigar el cambio climático.
La arquitectura sostenible tiene el potencial de desempeñar un papel protagónico en la consecución de los ODS, impulsando un futuro más sostenible y justo para todos.