Con una ubicación geoestratégica idónea por hacer frontera con Estados Unidos y tener acceso directo a Centro y Sudamérica, México se posiciona como uno de los mejores países para invertir y desarrollar negocios en la actualidad, puesto que, tras años consolidando un crecimiento económico estable, es ya la 15ª economía más importante del mundo, y aspira a llegar a ser en 2030 la 9ª, la 7ª en 2050, por delante de países como Alemania o Reino Unido. El país latinoamericano cuenta, además, con una buena estabilidad macroeconómica, con una deuda pública no demasiado elevada y una política austera, inclusiva y con el compromiso de no subir impuestos que comprometan la inversión. Entre los aspectos positivos, y uno muy importante, es que las políticas educativas han dado sus buenos resultados, consiguiendo un capital humano muy preparado técnicamente, son más de 100.000 los estudiantes de ingeniería, manufactura y construcción que se gradúan anualmente. Esto, junto con lo mencionado anteriormente y las buenas infraestructuras, incentiva el nearshoring, es decir, que muchos fabricantes, naturalmente la mayoría procedentes de Estados Unidos, transfieran parte de su producción a México, tanto es así que este país está entre los 10 más atractivos de nearshoring para la inversión extranjera directa (IED).
Uno de los aspectos más destacados por los que México interesa a muchos inversores es por su inclusión en el T-MEC, un importante tratado de libre comercio firmado entre Canadá, Estados Unidos y México que tiene destacados beneficios para la economía mexicana, especialmente para las cuestiones que competen a importaciones y exportaciones con dichos países. No hay que olvidar que México también tiene un Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea, lo que le permite comerciar con muy buenas condiciones con estados como España, con quien mantiene unas excelentes relaciones comerciales, de hecho, el país ibérico es el segundo inversor a nivel mundial en México, solo por detrás de Estados Unidos.
En relación con lo anterior, queremos destacar que el comercio bilateral España-México se situó en torno a los 8.700 millones de euros en 2021. En ese sentido, cabe destacar que muchas empresas españolas se han asentado ya en México, especialmente en sectores estratégicos tan importantes como el energético, el financiero, el turístico o el de las telefonías: Iberdrola, Repsol, Santander, BBVA, OHL, Sol Meliá, Barceló, Aena o Telefónica son solo algunas de las empresas españolas que están operando en el país latinoamericano, el cual tiene más de 120 millones de potenciales consumidores, lo que lo hace muy atractivo para empresas e inversores. También ocurre a la viceversa, es decir, inversores mexicanos que invierten en España por las oportunidades que ofrece y por ser la puerta de Europa. Panrico, comprada por Bimbo; Avanza, adquirida por el grupo ADO; Yelmo Cines, ya desde 2015 del grupo mexicano Cinépolis; Realia, con el 75% del capital en manos del magnate mexicano Carlos Slim, quien también tiene participación en FCC; y Campofrío, propiedad de Sigma Alimentos, son algunos ejemplos de la inversión de empresarios mexicanos en España. Uno de los casos de éxito lo constituye el Banco Maya, siendo una banca que pretende liderar inversiones en real estate y sectores industriales en España. Estos datos vienen a corroborar el interés mutuo y las buenas relaciones comerciales que hay entre España y México.