Su ubicación privilegiada, rodeada de 80 hectáreas de frondosa selva tropical junto a las recónditas playas de arena blanca de la costa caribeña mexicana, tiene una completa renovación que enaltece a la cultura maya y que es simplemente, un paraíso auténtico.
Se trata de la primera transformación exhaustiva dentro de la cartera norteamericana de Belmond bajo la administración de LVMH; la cual estuvo a cargo de la famosa diseñadora internacional, Tara Bernerd, quien trabajó con artesanos locales para rendir homenaje al legado mexicano.
Cuenta con 10 nuevas suites frente al mar, una experiencia de bienestar centrada en la naturaleza en colaboración con Guerlain, además de innovadoras iniciativas sostenibles, así como una nueva era gastronómica bajo los mandos del chef ejecutivo mexicano, Daniel Camacho.
Sobre la arquitectura y diseño En el renacimiento de Maroma, a Belmond Hotel, Riviera Maya, el equipo ha combinado la artesanía contemporánea con un cuidadoso abastecimiento de materiales locales para crear espacios atemporales que honran sus raíces y transmiten la energía de la tierra en la que se encuentra.
La arquitectura y el diseño original de la propiedad se ha preservado, incluidas las construcciones blancas de estuco, alineadas con la geometría sagrada maya, entre líneas curvas y formas orgánicas inspiradas en los frondosos alrededores que crean la perfecta sintonía entre el armonioso flujo del interior y exterior de habitaciones, suites y villas.
Ahora, cuenta con 72 habitaciones que se sitúan a lo largo de la playa privada de Maroma; tres cuartos de las mismas tienen ahora vistas al mar, incluida una nueva amplia suite frente al mar con piscina privada y jardín.
En cuanto a las piscinas, éstas han sido rediseñadas por completo con revestimiento Sukabumi elaborado a mano a partir de piedras volcánicas, en los mismos tonos turquesa de los cenotes naturales de la zona.
Sobre lo anterior, la diseñadora señaló: «Maroma ofrecía una oportunidad única para reimaginar este emblemático hotel, con su rica historia. Intentamos conservar y realzar el carácter original, trabajando con artesanos locales, y al mismo tiempo incorporar una elegancia contemporánea«.
Aunado a lo anterior, Maroma exhibirá una extraordinaria colección de arte y diseño pan-mexicanos: El 80% de los muebles y objetos son hechos por artesanos mexicanos.
Desde una araña de cristal soplado a mano, vasijas de barro pintadas, hasta baldosas tradicionales de Saltillo, meticulosamente seleccionadas para las habitaciones de los huéspedes.