De acuerdo con varios especialistas en urbanismo, un país desarrollado no es aquel donde el pobre tiene auto, sino aquel donde el rico usa el transporte público.
Hoy, en Suiza, la segunda nación con el PIB per cápita más alto del mundo, 1.25 millones de pasajeros viajan en tren diariamente. El país, cuya población no supera ni los 9 millones de habitantes, cuenta con las líneas ferroviarias más largas y densas de Europa. Cada uno de sus habitantes recorre un promedio anual de 2,400 km en la red ferroviaria nacional.
México está muy lejos de poder compararse con los esfuerzos de estos países europeos. Pero la construcción del Tren Maya constituye una primera intención de apostarle al transporte sostenible y seguro.
Hoy, las únicas opciones de transporte público en México son autobús o avión. Un estudio realizado por Volaris demuestra que el sistema de transporte más utilizado por los mexicanos es el autobús; en cuanto a viajes por avión, sólo se realizan 0.5 viajes, per cápita, al año. Según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el 95.6% de los pasajeros en el país prefiere viajar por carretera, mientras que solamente el 2% se pueden permitir el transporte aéreo.
El problema es que las carreteras no constituyen una vía segura. Por ejemplo, en el primer semestre de 2021, murieron más de 7 mil personas por accidentes de tránsito en las carreteras, de acuerdo con las cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
¿Qué puede ofrecer el tren? Antes que nada, seguridad vial. Es el medio de transporte terrestre con la menor incidencia de accidentes mortales.
Uno de los países más desarrollados, Japón, es famoso por su sistema de trenes bala. Desde su inauguración, en 1964, cuando la alta velocidad era un concepto casi utópico, hasta hoy, el tren bala japonés nunca ha sufrido un accidente mortal. En Europa, solamente 0.1 muertes por mil millones de pasajeros son causadas por accidentes ferroviarios, frente a las 0.23 muertes por accidentes de autobús, 2.7 muertes por accidentes de tránsito y 38 muertes causadas por el uso de motocicletas.
Los estudios realizados identifican que, aproximadamente, 325 mil personas viajan a diario con origen y destino cercano a las futuras estaciones planeadas en este gran proyecto. Casi el 70% se desplaza por motivos de trabajo y estudio. El auto es el transporte más utilizado, seguido del transporte colectivo.
Al utilizar el tren, éstas personas podrán ahorrar el 46% del tiempo de su viaje. Además, los pasajeros que decidan usar el Tren Maya en lugar de su auto incurren en un menor costo de operación vehicular, ya que el uso del transporte para la gente de la región tendrá el precio más económico posible.
Por si fuera poco, el costo por un viaje para los habitantes de la zona por la que pasará el Tren Maya estará subsidiado por el gobierno. Por ejemplo, se prevé que el tramo Cancún-Playa del Carmen le cueste a los locales cerca de 50 pesos por viaje y de entre 800 y mil pesos a los extranjeros.
El Tren Maya funcionará como habilitador de la integración regional, permitiendo desarrollar completamente el potencial de esta zona. El proyecto representa una oportunidad para los habitantes de las comunidades de integrarse en las actividades económicas de los centros urbanos, de tener acceso a los trabajos mejor remunerados y, por ende, mejorar su calidad de vida. Porque hoy la falta de conectividad y la ausencia de transporte eficiente en la zona han limitado estas posibilidades.
El Tren Maya, por tanto, le da a nuestro país la oportunidad de dar los primeros pasos en la construcción de una opción de movilidad sustentable y constituir el primer esfuerzo de construir una nueva era de transporte en México.