Es el punto medio del tramo 1 del Tren Maya, que va de Palenque, Chiapas, a Escárcega, en Campeche, en donde está instalada la planta de producción de la empresa china Communications Construction Company (CCC), una de las compañías que ganó la licitación para construir la primera sección del trazado.
Al ingresar a sus instalaciones, aún más al fondo del paisaje se pueden ver en el suelo componentes de metal apilados frente a un ferrocarril antiguo detenido sobre vías viejas. Parece que no hay nada más allá, pero, al mirar más de cerca, destaca una franja plana de suelo color arena, como si acabara de ser planchada, y que parte hacia dos sentidos en los que no se alcanza a ver el inicio y el final.
A partir de ese punto se colocarán 228 kilómetros de vías& cuando estén listas. Hasta el momento, no se ha puesto acero definitivo en un solo metro de los 1,500 kilómetros que recorrerá el ferrocarril del sureste del país. Y eso que el inicio de las pruebas de operación está previsto para junio de 2023, cinco meses antes de lo planeado cuando comenzó a construirse la megaobra de infraestructura, uno de los proyectos estrella de Andrés Manuel López Obrador.
La planta de CCC cuenta con una zona de fabricación de durmientes y de acopio de material férreo, que recibió desde Estados Unidos. A inicios de 2022, en el suelo se habían acumulado 12,708 toneladas de rieles, pero no hay fecha definida para su colocación. A pesar de que se ha avanzado en los trabajos de terraplén.
"En cuanto a cantidades y avance, dependemos bastante de la liberación de derechos de vía y de avances en los trabajos de terracería. Ellos nos van a dar la pauta para que nos digan que ya tenemos un tramo de vía liberado de tantos kilómetros y no nos topemos con pared por haber empezado antes y no tener un tramo suficiente liberado", explica Jorge de Jesús Bermúdez Ramírez, ingeniero civil de CCC y miembro del departamento de producción, construcción e ingeniería del proyecto.
"Hay más obstáculos adentro que afuera y cosas que creemos que están bien, pero resulta que no, como el pago del derecho de vía. Desgraciadamente, como dice el presidente, este es un elefante reumático que hay que empujar", añade Rogelio Jiménez Pons, exdirector del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la dependencia a cargo de la construcción del Tren Maya. Pocas semanas después de conceder esta entrevista, el funcionario fue removido de este cargo por López Obrador. "Para poder llevar a cabo una obra, se requiere un mando y se requiere una supervisión permanente, constante, y si hablamos de la obra de transformación, que es algo de mayores dimensiones, pues no vamos a estar considerando que son nuestros amigos o nuestros familiares o nuestros compañeros, pero resulta que no dan resultados", dijo el presidente. Y agregó: "Agradecemos mucho lo que hizo Rogelio, dejó abierto el camino, desbrozado el camino, pero ahora lo que necesitamos es más acción".
Pocas semanas después de conceder esta entrevista, el funcionario fue removido de este cargo por López Obrador. Para poder llevar a cabo una obra, se requiere un mando y se requiere una supervisión permanente, constante, y si hablamos de la obra de transformación, que es algo de mayores dimensiones, pues no vamos a estar considerando que son nuestros amigos o nuestros familiares o nuestros compañeros, pero resulta que no dan resultados, dijo el presidente. Y agregó: "Agradecemos mucho lo que hizo Rogelio, dejó abierto el camino, desbrozado el camino, pero ahora lo que necesitamos es más acción".
La situación todavía no es crítica y los plazos pueden cumplirse. El proceso de instalación de las vías tardaría en realizarse cerca de seis meses una vez que el terreno esté listo, señala Jorge Bermúdez. Sin embargo, no hay fecha fija para que esto comience en ninguno de los ocho tramos del Tren Maya.
Sobre el papel, al iniciar el proyecto, este asunto parecía el más sencillo, ya que se planeó que el 90% de la ruta pasara por el antiguo trazo del ferrocarril del istmo de Tehuantepec, junto a autopistas y vías de transmisión eléctrica. No obstante, varias organizaciones que han estudiado el camino han calculado que los kilómetros de esas vías no serán suficientes. El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), por ejemplo, afirma que se deberán liberar derechos de vía en el 68% del proyecto, es decir, en más de 1,000 kilómetros.
Hasta enero de 2022, el gobierno federal ya había pagado más de 3,000 millones de pesos por la adquisición de derechos de vías a lo largo de todo el recorrido, indica Jiménez Pons. Y todavía no hay claridad sobre cuánto más se gastará y se debe liberar, ya que la ruta continúa transformándose. El último cambio se realizó en Cancún y Playa del Carmen, ante la inestabilidad del terreno y las quejas de las empresas y la población. La modificación implica la expropiación de 198 predios de la zona y la elaboración de nuevos estudios para determinar el trazado.
"Va a correr por donde se acordó que es lo más conveniente en el proyecto. En los siguientes días se harán los estudios y se presentará. (...) Vamos a reunirnos con todos [los empresarios] y ya que esté el proyecto concreto y los estudios de mecánica de suelo habremos de informarles a los ciudadanos en qué va a consistir", dijo en conferencia de prensa Javier May, el nuevo titular de Fonatur.
El Tren Maya ha tenido tres grandes modificaciones: en Campeche, la Riviera Maya y Mérida. Las tres han sido anunciadas como mecanismos para ahorrar tiempo y evitar complejidades en la obra, pero también han estado relacionadas con amparos interpuestos por comunidades indígenas. Hasta octubre, el proyecto había recibido 25 amparos promovidos por 327 personas (en la consulta indígena participaron alrededor de 10,000). Los recursos fueron concedidos y se agruparon en un solo juzgado para su revisión, pero aún no se ha informado sobre avances o resolución a favor de alguna de las partes.
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN?
Al pararse justo en el centro de la ruta por donde transitarán los vagones del Tren Maya fabricados por la compañía Alstom, todo lo que se puede ver es un gran camino blanco enmarcado por árboles y pasto. Mientras se avanza, se pueden encontrar construcciones de puentes vehiculares y túneles que funcionan como pasos de fauna. Más adelante, el camino se convierte en terracería, como si acabaran de arrancar la maleza.
Es difícil conocer un avance general de la construcción de todo el Tren Maya, debido a que su edificación está dividida en ocho tramos en los que se coordinan seis consorcios de empresas de todo el mundo.
En algunas áreas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realiza excavaciones y análisis de los descubrimientos arqueológicos, que para el cierre de 2021 ascendían a más de 16,000 hallazgos, lo que también ha ralentizado las obras.
Fonatur quiso hacer un guiño y presumir el avance de las obras del Tren Maya a finales de enero de este año, con el anuncio de la colocación de las primeras vías de prueba en el tramo 4 del recorrido, que va de Izamal a Cancún. "Se colocó un primer tendido de vías para la llegada y movimiento de máquinas balasteras. Se trata de las primeras pruebas de resistencia para durmientes, así como para la colocación de vías definitivas, balasto y sujeciones", dijo la dependencia.
Esto ayudará a analizar el funcionamiento del material fabricado, aunque las pruebas definitivas y vigiladas comenzarán en junio de 2023, cuando el proyecto esté concluido, ya que la velocidad del tren (160 kilómetros por hora) es superior a lo que puede alcanzar la maquinaria actual.
En los otros primeros tres tramos, se continúa con la obra civil, mientras que el resto está a la espera de que los ingenieros militares que trabajan en el aeropuerto de Santa Lucía terminen esa infraestructura para trasladarse al sureste del país y avanzar con las nuevas rutas.
Mientras tanto, el costo del proyecto aumenta. Tras los últimos cambios, se ha incrementado en 40,000 millones de pesos, para sumar 200,000 millones en total, 43% más de lo planeado al inicio.
"Por su tamaño y complejidad, se esperaba este incremento de la inversión y este déficit de demanda. A nivel mundial, los trenes tienen sobrecostos que alcanzan el 40%. Evidentemente, esperábamos desviaciones, pues la planeación se hizo fast track, en un tiempo récord, y faltaron estudios para poder identificar los riesgos de mejor manera", dijo en 2021, cuando comenzó a aumentar el costo, Marco Antonio Gutiérrez Huerta, presidente de la Cámara Nacional de Empresas Consultoras (CNEC).
A inicios de 2022, los avances visibles de la obra se encuentran fuera de ella. El proyecto del Tren Maya tiene varias aristas, en las que se contempla el reordenamiento territorial, cultural, turístico y arqueológico de la zona y la relocalización de las familias que viven en el trayecto.
En todas se han registrado avances: la Facultad de Arquitectura de la UNAM ya fabrica el prototipo de vivienda de la población que ha aceptado mudarse fuera de la zona de riesgo del tren (usando material del viejo ferrocarril), la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano invirtió 1,893 millones de pesos en municipios aledaños y se comienza con la construcción de los Centros de Atención a Visitantes (Catvi) de las zonas arqueológicas.
El marco que rodea al Tren Maya, y que es necesario para su desarrollo, ya camina. Pero el ADN central del proyecto aún no aparece.
¿SE TERMINARÁ A TIEMPO?
"El Tren Maya se terminará a tiempo& hasta morir en la raya". "Llueva, truene o relampaguee, el proyecto estará listo en 2023". Son algunas de las frases que Jiménez Pons y López Obrador han dicho una y otra vez en los últimos años, dejando claro que su prioridad es ponerlo en marcha lo antes posible.
Para lograrlo, en noviembre de 2021 el gobierno estableció en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que todos los proyectos de infraestructura serán "de seguridad nacional". "Por su objeto, características, naturaleza, complejidad y magnitud, se consideran prioritarios y/o estratégicos para el desarrollo nacional", dice el documento.
Las obras prioritarias pueden tener, en un máximo de cinco días, permisos y licencias para comenzar los trabajos. El decreto ahorró seis meses a la edificación sobre los plazos previstos, recuperando el tiempo perdido por la pandemia, destacó Jiménez Pons.
Javier May, el nuevo titular de Fonatur, es consciente de que este es su principal reto. La primera acción anunciada bajo la nueva dirección fue la modificación de la ruta en Playa del Carmen, que según el gobierno ayudará a reducir cinco meses el tiempo de construcción para poder concluir el proyecto en junio de 2023. En el trazo anterior se debían construir viaductos elevados, ya que el terreno era inestable y la zona de tránsito tenía una alta densidad urbana.
Además, después de la inauguración del aeropuerto de Santa Lucía, otra de las construcciones emblemáticas de la actual administración, la atención (y los recursos) se fijarán aún más en la obra ferroviaria. Para este año, el Proyecto de Egresos de la Federación asigna al proyecto 62,942 millones de pesos, un 73.4% más que en 2021.
Con ello, el Tren Maya quiere avanzar en un año un 50% de la obra y acercar la fecha en que, por fin, las primeras vías comiencen a colocarse.