En el primer semestre del año Petróleos Mexicanos (Pemex) tuvo una utilidad neta de 253,871 millones de pesos, en contraste con la pérdida de 22,993 millones del mismo lapso del año pasado. Lo anterior, gracias a que obtuvo sus mayores ingresos para este periodo en la historia: de 1 billón 162,042 millones de pesos, gracias a su volumen de ventas de petróleo y al precio de la mezcla mexicana de exportación, pero sobre todo a la situación geopolítica en que se incrementó la demanda al levantarse las restricciones por la pandemia del Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania limitó la oferta. Pero la ganancia de Pemex pudo ser mayor y no se debe a eficiencias o a un mejor manejo de los activos o la relación con las finanzas nacionales, afirman expertos.
Y es que a la vez, la estatal pagó un total de 198,128 millones de pesos por impuestos a la utilidad en la mitad del año, monto que supera en 46% a la erogación del primer semestre del año pasado.
"En las condiciones en las que estamos es importante diferenciar los rendimientos de Pemex y lo que hace el Estado con estos rendimientos", explicó Fluvio Ruiz Alarcón, ex consejero independiente de la petrolera y experto en energía. "Pemex ha tenido un excelente semestre por el incremento de la mezcla. Y a pesar de que se ha producido menos de 1.826 millones de barriles diarios presupuestados (aunque no explican si Pemex solo, socios o contratistas) la diferencia hoy es que sólo produce 1.674 millones de barriles por día, más los 72,000 barriles diarios de condensados".
Y aunque se ha disminuido de 64% a 40% el derecho por utilidad compartida que paga la empresa como impuesto por los ingresos que recibe de la exportación de petróleo, y que recibió de vuelta 45,437 millones de pesos (menos de la cuarta parte de lo que la empresa ha entregado al fisco) como transferencia de Hacienda, que cubre sus intereses de deuda este año, el cuestionamiento, a decir de Ruiz Alarcón, es qué se hace con estas ganancias, que no son únicas de Pemex sino de todas las petroleras del mundo.
Sin infraestructura no habrá soberanía
Arturo Carranza, especialista en el sector energético, consideró que se ha entrado en un círculo vicioso en el cual el gobierno no cuenta con recursos para colocar infraestructura de almacenamiento de combustibles que le permitan a Pemex manejar sus costos en tiempos de alta volatilidad, incluso al alza. Entonces, la necesidad de inversión privada se vuelve imperativa, pero con reglas claras y sin abusos de ninguna de las dos partes, algo que sin duda beneficiaría a Pemex, al empleo del país y a los consumidores.
Los buenos resultados son consecuencia de factores externos, lo sabemos. Para el analista, la soberanía no llegará cuando no haya privados en sino cuando quienes invierten y erogan para la Hacienda pública puedan tomar decisiones en buenas y malas condiciones, sin depender tanto de los factores globales.