La producción nacional de petróleo crudo se ubicó en 1.559 millones de barriles diarios en abril, su nivel más bajo desde 1979, cuando únicamente Petróleos Mexicanos (Pemex) realizaba esta actividad en el país. En abril de 2024, la extracción en yacimientos mexicanos hiló ocho meses de caídas, que incluyen reducciones tanto en las asignaciones de la compañía estatal, como en los contratos otorgados desde el 2016 a terceros.
El total de producción nacional fue así 2.2% inferior en un mes, mientras que en un año se redujo en 6.4%, pero si se compara con la extracción únicamente de crudo -sin condensados o líquidos del gas- del 2018, la caída es de 16.4%, según el reporte de todos los operadores a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Esta baja está impulsada porque los bloques asignados a Pemex han bajado el ritmo productivo, que en un mes cayó en 2% para ubicarse en 1.386 millones de barriles diarios, el menor nivel hasta para Pemex desde antes de octubre de 1979, en que la producción fue de 1.510 millones de barriles por día.
En lo que respecta a la producción de las 412 asignaciones que la CNH reporta bajo la operación de Pemex, la reducción productiva en un mes fue de 2%, mientras que la caída anual fue de 5.5%, pero en comparación con el último año de la administración pasada, 2018, se produjo 23.5% menos crudo en abril.
Sin embargo, en el cuarto mes del año la producción de los contratos otorgados por licitaciones en la administración pasada, la producción también tocó un nivel mínimo que no se observaba desde marzo del 2022: de 172,823 barriles diarios en abril de 2024.
Este volumen fue 3.8% inferior en un mes, 13.4% menor al que se reportó en los 18 contratos que entregan crudo al país, pero 3.5 veces mayor al que se tenía en el cuarto mes del 2018.
A decir de Arturo Carranza, especialista del sector energético mexicano, los números reportados por la CNH muestran una reducción ligera, pero contante, de la producción de petróleo crudo en México durante el último año.
Del lado de Pemex, se observa que la estrategia de explotación de nuevos campos ha resultado insuficiente para detener el declive de su producción. Los activos que representan el sustento de la producción de crudo de esta empresa - como Ku Maloob Zaap - están declinando a un mayor ritmo con respecto al volumen que se incorpora de nuevos campos. Y del lado de los operadores privados se observa una realidad compleja. Las empresas que ganaron contratos en las rondas petroleras no han incorporado volúmenes importantes de producción porque han enfocado los trabajos en aquellos pozos que cuentan con infraestructura para mover el crudo que se extrae. Parecería que ante la ausencia de nuevas rondas petroleras, que pongan a disposiciones de los operadores bloques atractivos, este escenario difícilmente cambiará.
Cabe recordar que hasta la primera quincena de marzo, luego de que la italiana Ente Nazionale Idrocarburi (ENI) -que es la privada que más petróleo extrae en su contrato del campo en aguas someras obtenido en la Ronda 1.2 de la administración pasada -inició su primera renuncia a un contrato en México, se llegó a 40 contratos cuyos operadores han presentado renuncias parciales o totales, de los 111 que se firmaron durante la administración pasada.
Por falta de éxito exploratorio, hasta enero de este año, la tercera parte de los contratos petroleros otorgados en la administración pasada. Estas renuncias suman un total de 42,958 kilómetros cuadrados, superficie que es 23% de los 184,000 kilómetros cuadrados adjudicados. Y de estas renuncias, un total de 24 campos han sido devueltos en su totalidad, con lo que al llegar a diciembre de 2023 quedaban 88 contratos de exploración y producción de hidrocarburos en México.