Petróleos Mexicanos (PEMEX) cierra el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como la petrolera más endeudada del mundo, necesitando apoyo financiero del gobierno para sostener proyectos clave como la refinería Olmeca y la compra de Deer Park.
Con una deuda acumulada de 99 mil 391 millones de dólares, PEMEX sigue enfrentando presiones económicas a pesar de una ligera reducción respecto a los 105 mil 235 millones de dólares en 2019.
Entre 2019 y el primer semestre de 2024, la empresa acumuló pérdidas por 1.2 billones de pesos, lo que llevó al gobierno a inyectar 2.1 billones de pesos, equivalentes al 6.1% del PIB del país.
A pesar de los esfuerzos, PEMEX sigue con un patrimonio negativo, ya que por cada peso que tiene, debe 1.6 pesos. En este sentido, expertors han señalado que un ligera reducción de la deuda no aliviará las presiones que se avecinan, ya que PEMEX debe refinanciar o pagar casi la mitad de su deuda en los próximos cinco años.
Otro de los desafíos de PEMEX es su caída en la producción de crudo, que ha alcanzado su nivel más bajo en 40 años, con un promedio de 1.519 millones de barriles diarios entre enero y julio de 2024.
Los expertos han señalado que el declive en la producción de petróleo, de la empresa productiva del estado se debe a una estrategia equivocada que priorizó la refinación en lugar de la exploración y producción, lo que agravó los problemas financieros.
Finalmente, el gobierno de López Obrador logró mantener los precios de las gasolinas por debajo de la inflación a través de subsidios fiscales, una medida que ayudó a estabilizar la economía, pero que también añadió presión financiera a la petrolera estatal.