Durante el 2024, la gasolina regular o Magna subió 8.54% o 1.89 pesos, con un precio promedio a nivel nacional de 23.99 pesos por litro al 20 de diciembre, de acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y de la consultora PETRO Intelligence.
Mientras que la gasolina Premium o roja aumentó 5.36% o 1.29 pesos en el presente año, a 25.35 pesos por litro, y el diésel incrementó 6.33% o 1.53 pesos, a 25.71 pesos por la misma unidad.
Además, en algún punto del año, los tres combustibles alcanzaron su mayor precio al menos desde que la CRE tiene registro, esto es enero de 2017, cuando se liberó el precio de la gasolina en México.
La Magna alcanzó un precio máximo de 24.11 pesos por litro a mediados de agosto; la Premium tocó su mayor precio de 25.65 pesos igualmente a mediados del octavo mes, mientras que el diésel alcanzó su pico el 30 de noviembre, en 25.71 pesos.
Dan menos estímulos
Los incrementos en los precios de las gasolinas y el diésel durante el 2024 se explican por los menores estímulos fiscales que otorgó el gobierno federal en comparación con los dos años anteriores.
Durante el 2024, el estímulo fiscal promedio a la gasolina Magna fue de 35.92 centavos por litro, una reducción de 82.25% en comparación con el año anterior. Mientras que el estímulo fiscal al diésel fue en promedio de 20.35 centavos, un recorte de 90.75% respecto al 2023.
A la gasolina Premium no se le otorgó ningún apoyo fiscal durante el 2024, en contraste con el2023, cuando el estímulo fiscal promedio fue de 83.24 centavos por litro.
Alejandro Montúfar, director general de la consultora PETROIntelligence, explicó que el gobierno redujo los estímulos fiscales este 2024 para recuperar los ingresos sacrificados en los dos años anteriores.
Y es que en el 2022 y el 2023, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tuvo que otorgar apoyos considerables a las gasolinas para aminorar el impacto en México por el repunte que experimentaron los precios internacionales del petróleo y de esta manera evitar el llamado gasolinazo.
Factores como la guerra en Ucrania y los recortes a la producción por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) provocaron un repunte en los precios del crudo en el 2022 y el 2023. De hecho, en esos años las gasolinas llegaron a tocar máximos históricos en algunos países como Estados Unidos.
Esta situación generó que en el 2022 el gobierno mexicano tuviera pérdidas en la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a gasolinas y diésel por primera vez desde el 2014.
Sin embargo, ya en el 2024 hubo una recuperación considerable en la recaudación de este impuesto gracias a los menores estímulos fiscales otorgados este año.
Cada semana, el gobierno publica en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el estímulo fiscal que dará a las gasolinas y el diésel. Normalmente, los apoyos los otorga conforme al comportamiento de los precios internacionales del petróleo.
Cuando el petróleo sube, el gobierno otorga mayor estímulo fiscal y cobra menos IEPS a las gasolinas y el diésel; por el contrario, cuando el petróleo baja, el gobierno recorta el estímulo y cobra más IEPS.
Petróleo cayó en el año
Y es que además de recuperar los ingresos perdidos en años anteriores, el gobierno también fue capaz de recortar los estímulos este año gracias a la reducción que experimentaron los precios internacionales del petróleo.
En el 2024, el precio del referencial estadounidense West Texas Intermediate (WTI) cayó 2.26%, a 69.24 dólares por barril, mientras que la mezcla mexicana de petróleo crudo para exportación bajó 4.64%, a 64.51 dólares.
En México, los impuestos y el precio del petróleo son los dos principales componentes del precio final de la gasolina que pagan los automovilistas en las estaciones de servicio cuando van a rellenar su tanque.
Alrededor de dos de cada tres pesos que paga el consumidor por cada litro de gasolina son de impuestos y el costo del petróleo crudo.