Primero, la eficiencia energética refiere al uso racional y eficiente de la energía, implementando tecnologías y estrategias que reduzcan su consumo pero sin perder confort. Ediliciamente esto se logra utilizando materiales y técnicas de construcción que mejoren el aislamiento térmico, permitan una adecuada ventilación y reduzcan la necesidad de climatización e iluminación artificial.
Igualmente, se busca promover la eficiencia energética usando dispositivos y artefactos de alta eficiencia como electrodomésticos, sistemas de calefacción y refrigeración, temporizadores y sistemas de iluminación LED.
Por su parte, las energías renovables implican fuentes energéticas inagotables, con mínima o nula emisión de gases de efecto invernadero. Las principales fuentes de energía renovable utilizadas actualmente son la solar, la eólica, la hidráulica, la geotérmica y la biomasa.
Las edificaciones que aprovechan las fuentes de energía renovable lo hacen incorporando elementos como paneles solares, turbinas eólicas, sistemas de recolección de agua de lluvia y sistemas de calefacción o refrigeración geotérmicos.
La integración de estas estrategias en la arquitectura sostenible contribuye a reducir su impacto ambiental, al tiempo que mejora la calidad de vida de las personas que las habitan.