Por ello, sería conveniente la elaboración de una ley general o federal que obligara la inclusión de materiales térmicos en construcciones que, además, ayudaría a reducir los subsidios eléctricos.
"Eso podría hacerse. Obviamente sería una discusión mayor. Me parece que legislativamente es muy complejo, pero como todo, vamos a requerir una crisis muy grande [para hacer conciencia], el asunto es que las ondas de calor traen muertos, hay gente que se muere con las ondas de calor", advirtió Odón de Buen Rodríguez, director general y fundador de ENTE, SC.
A pesar de que México cuenta desde hace aproximadamente veinte años con dos Normas Oficiales Mexicana (NOM) que establecen el tipo de materiales para proteger a los habitantes de una vivienda o a los trabajadores en un centro de trabajo ante las altas temperaturas, lo cierto es que su aplicación sigue siendo mínima, además de que muy pocos municipios del país han incluido en sus reglamentos de construcción alguna regulación en la materia.
Se trata de la NOM-020-ENER-2011, Eficiencia energética en edificaciones.- Envolvente de edificios para uso habitacional y la NOM-008-ENER-2001, Eficiencia energética en edificaciones, envolvente de edificios no residenciales.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) 2020, solo 6 por ciento del total de las 35.3 millones de casas-habitación del país contaban con algún tipo de material aislante, es decir, apenas 2.1 millones de viviendas, según citó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
"Los datos del Inegi nos indican que en el Norte de México, donde la mayor parte de las viviendas está en clima cálido, solo el 15 por ciento tiene algún tipo de aislamiento térmico cuando debería ser un porcentaje mucho mayor", apuntó De Buen.
Cifras de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) también al 2018 mostraban que del total de viviendas con algún tipo de aislante 4 por ciento lo tenían en techos, 1 por ciento en paredes y apenas 0.6 por ciento en ventanas.
Del lado de la regulación, los estados que tienen más municipios con alguna mandato en la materia son los del Centro Occidente y Centro Este del país, esto es, Jalisco, Colima, Michoacán, Nayarit, Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Tlaxcala y Puebla, de acuerdo con un sondeo de Energía a Debate.
Al respecto, llama la atención que no sean las municipalidades de los estados del Norte las que tengan más reglamentación al respecto.
"En México se construye como si todos viviéramos en la Ciudad de México. El hecho es que la Ciudad de México ya va a ser calurosa como el resto de las ciudades, alertó De Buen.
Dificultades para hacer cumplir las NOM
El hecho de que algunos municipios cuenten con algún tipo de reglamentación sobre los aislantes térmicos para construcción no significa necesariamente que se haga valer por la autoridad local.
Los motivos son variados pero los principales son, en primer lugar, que las empresas constructoras se resisten a sustituir sus materiales por otros térmicos que, en algunas ocasiones, podrían incrementar el costo de la vivienda, representando alguna pérdida, más cuando de vivienda de interés social se trata.
En segundo lugar se encuentra el aspecto político. Los alcaldes, que están en el cargo por tres años, con posibilidad de reelección para un periodo más, consideran de poco impacto el tema de los aislantes, ya que sus resultados son a mediano o largo plazo, de manera que no son políticamente rentables.
Se le ve como una regulación más. Hay una idea de desregulación en temas principalmente de la industria de la construcción que sí está muy regulada, pero aquí hay un valor, un bien público, que es la salud, el bienestar, el confort, la productividad y que no se está cuidando en un contexto atmosférico de mayores temperaturas, comentó el también ex director general de la Conuee.
Reducción del consumo eléctrico y subsidios
Odón de Buen, especialista en temas de eficiencia energética, refirió que el consumo energético de una casa que cuenta con materiales aislantes es 30 por ciento menor comparado con otra vivienda que no los tiene.
La aplicación de las dos NOM, además de otras relacionadas con Eficiencia Energética, podría ayudar a reducir significativamente los recursos que la Federación destina a los subsidios al consumo eléctrico doméstico, además de bajar la factura eléctrica.
Tan solo para 2023, el gobierno canalizó un total de 888 millones de pesos para el pago de subsidios eléctricos y para este año se presupuestaron mil millones, esto es, 12.6 por ciento más.
Igualmente, la administración federal anunció que se incrementarían los subsidios para los estados del norte del país, Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit.
"Ochenta por ciento de los usuarios residenciales paga menos de la mitad de lo que cuesta la electricidad. Entonces, un kilowatt ahorrado es un subsidio ahorrado. El mayor volumen de los subsidios está en las zonas de clima cálido; o sea, la mayor cantidad de los subsidios se dan para cubrir el costo del aire acondicionado. Entonces, le conviene a la Hacienda pública una medida de este tipo", manifestó De Buen.