La Organización Mundial de Comercio (OMC) recomendó una reducción de aranceles sobre bienes medioambientales a nivel global.
Según estimaciones de la OMC, la reducción de los aranceles y las medidas no arancelarias sobre los bienes medioambientales relacionados con la energía podría aumentar las exportaciones totales de estos productos en 5% para 2030 y, al mismo tiempo, conducir a una reducción neta de las emisiones de carbono.
Junto con otras políticas públicas, el comercio ya ha desempeñado un papel importante en la respuesta climática mundial, dijo la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, en el informe anual de la OMC sobre el comercio mundial.
El informe se centra este año en El cambio climático y el comercio internacional y se publicó este lunes, justo después de que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27) comenzó el domingo en Egipto.
Por ejemplo, Okonjo-Iweala expuso que el costo de los sistemas de paneles solares se ha desplomado en las últimas tres décadas, y cerca de 40% del descenso de los costos se ha atribuido a las economías de escala que han hecho posible en parte el comercio internacional y las cadenas de valor.
La capacidad de los paneles solares comercializados a través de las fronteras en 2017 alcanzó casi 80 GW, lo que equivale a más de 9% de la generación mundial de electricidad.
Okonjo-Iweala destacó que una mayor apertura del comercio de bienes y servicios medioambientales podría hacer más.
También ella refirió beneficios para el empleo: la Agencia Internacional de la Energía calcula que el cambio a las energías limpias podría generar 14 millones de nuevos puestos de trabajo en los sectores de las energías limpias y 16 millones de puestos de trabajo en los sectores relacionados a nivel mundial para 2030.
Más allá de amplificar el impacto de las políticas y la financiación del clima, una mayor cooperación comercial internacional es clave para gestionar y minimizar las posibles fricciones comerciales asociadas a la acción climática.
Sobre ello, Okonjo-Iweala puso como ejemplo que en la actualidad existen cerca de 70 sistemas de fijación de precios del carbono en todo el mundo.
Sin enfoques comunes para los precios y la comparación de equivalencias, existe un riesgo significativo de que las medidas unilaterales destinadas a evitar la fuga de carbono y la pérdida de competitividad puedan avivar las tensiones comerciales y crear altos costes administrativos para las empresas y los gobiernos.
Las acciones climáticas descoordinadas también podrían obstaculizar los esfuerzos de descarbonización al aumentar la incertidumbre y desalentar la tan necesaria inversión.
"La actual proliferación de iniciativas y normas de descarbonización hay más de 20 normas de descarbonización diferentes sólo en el sector del acero crea confusión para los productores y podría provocar fricciones comerciales", dijo Okonjo-Iweala.
En consonancia con el papel que desempeña desde hace tiempo en la promoción de la transparencia respecto a las medidas políticas que afectan al comercio y el fomento de la cooperación en la dirección de la comparabilidad, la compatibilidad y la armonización, la OMC podría desempeñar un papel similar para la fijación de precios y normas del carbono.
La OMC está trabajando con otros organismos multilaterales -el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Banco Mundial- en la incorporación de una perspectiva comercial a los debates e investigaciones sobre los enfoques de mitigación del carbono.