Uno de los grandes problemas por el cual atraviesa el planeta y por consiguiente lo seres vivos que habitan en él (el ser humano incluido) es el tan mencionado y discutido cambio climático, que es resultado de la producción de gases de efecto invernadero lanzados a la atmósfera principalmente por el uso de combustibles fósiles, como carbón, gas natural y petróleo. Una de las principales consecuencias de este fenómeno ha sido el aumento de la temperatura global. Debido a los efectos negativos y a la preocupación del gobierno en muchos países, se ha buscado reducir la emisión de estos gases que tanto afectan al planeta. Se ha explorado la adopción y uso de fuentes alternativas de energía, sobre todo en el sector de suministro de energía eléctrica. Con el uso de energías alternativas se ha observado que la emisión de gases ha disminuido, pero el proceso de adaptación y aceptación de estas ha sido lento y difícil, ya que, actualmente muchas industrias dependen todavía de los combustibles fósiles para su operación.
Pero, ¿cuáles son las energías alternativas y para qué sirven? Las energías alternativas son aquellas que provienen de los recursos naturales y de fuentes renovables, tales como la energía solar o energía producida por las mareas. Las energías alternativas nos ayudan a producir, por ejemplo, electricidad y tienen grandes ventajas sobres los combustibles fósiles, ya que no contaminan, por eso también se les llaman energías verdes. Una de las energías verdes más importante actualmente es la que se produce por la fuerza del viento, también llamada energía eólica.
¿Y si usamos el aire para producir electricidad?
La energía eólica es una alternativa energética que ayuda a la disminución de la producción de gases de efecto invernadero, que además es una energía inagotable. Si bien parece que el uso de energía eólica es algo nuevo, no es así. El uso inicial de la energía eólica para la producción de electricidad a través de aerogeneradores, fue hacia fines del siglo 19, en EU. Posteriormente, países europeos como Dinamarca y Alemania, empezarían a utilizar esta tecnología. Durante el periodo de 1935-1970, con la instalación de plantas experimentales de aerogeneradores, estos tres países demostrarían que el aprovechamiento del recurso eólico podría funcionar a gran escala.
La energía eólica se produce por medio de aerogeneradores que son estructuras que constan de una torre, que puede ser de altura variable, yendo de los 30 hasta los 178 metros de altura, el rotor, formado por el buje del rotor y de tres aspas, y la góndola, que es donde están todos los componentes mecánicos del rotor, que en su conjunto se asemejan a un ventilador gigante. A través de las aspas pasa el aire y se genera el movimiento que produce energía eléctrica que se lleva por líneas de transmisión que se conectan a la red nacional que abastece a toda la población.
Ya que sabemos cómo funciona un aerogenerador, vamos a leer cifras relacionadas con la energía eólica. En 2021, los cinco países que tenían la mayor infraestructura y potencia eólica en gigawatts (para que te des una idea, 1 Gw son mil millones de watts) instalada eran: China (329 Gw), Estados Unidos (132.7 Gw), Alemania (63.8 Gw), India (40.1 Gw) y España (27.5 Gw), que juntos contabilizan el 72 % del total del poder eólico mundial. También en 2021 se registró un incremento de 93.6 Gw de nueva capacidad eólica, gracias a la instalación de nuevos parques eólicos alrededor del mundo. Esto nos indica que hay países que están adoptando el uso de energía renovables e invirtiendo en infraestructura, dando como resultado la disminución del uso de combustibles fósiles y por consiguiente una disminución en la emisión de gases de efecto invernadero.
México, país con "power" eólico.
Muchos países han experimentado un crecimiento energético gracias a la adopción y uso de energía eólica, pero, ¿en México qué pasa?, ¿se usa la energía eólica? La respuesta es SÍ.
Según la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), hay varios factores que han estimulado e impulsado el uso de energía eólica en el país. A continuación, te mencionamos algunos:
Es energía limpia, ya que no produce desechos peligrosos ni contribuye al calentamiento global.
El recurso eólico es abundante, confiable y renovable, prácticamente inagotable.
Es energía económica, incluso más que la energía eléctrica producida con gas o petróleo.
Es energía de bajo impacto, ya que, en comparación a otras formas de generación de energía, los parques eólicos no tienen un alto impacto en su entorno.
México es un país rico en zonas eólicas que pueden ser aprovechables. Por ejemplo, en Oaxaca, en el Istmo de Tehuantepec, específicamente en la Ventosa, están establecidos 28 parques eólicos; en Tamaulipas hay 13 parques eólicos, sólo por mencionar algunos. Según datos de la AMDEE, hasta el año 2022, hay 15 estados de la república con instalaciones, que suman 70 parques eólicos, los cuales generan un total de 7312 MW de energía.
¿Y qué viene después? ¿Cuál es el futuro de la energía eólica en el México?
Los países que tienes más proyectos en operación en el mundo se localizan en Europa, y son Reino Unido y Alemania, y en Asia, China. Esto ha sido posible gracias a la colaboración entre el gobierno y la industria constructora de aerogeneradores. Gracias a esto se ha podido proyectar que, en los próximos años, en Europa y Asia habrá un incremento en el número de parques eólicos instalados, así como un incremento en el número de aerogeneradores instalados y la cantidad de energía producida.
En México, la mayor capacidad de producción está localizada en tres estados de la república (Oaxaca, Tamaulipas y Nuevo León), pero hay estados que tienen las características necesarias y se han instalado parques eólicos en los últimos años (Coahuila, Zacatecas, Guanajuato, Baja California Sur). Se espera que para el año 2024, México genere el 35 % de energía eléctrica a través de la capacidad eólica con la que cuenta el país. Con esta producción se espera que otras tecnologías verdes puedan incorporarse todavía más a la producción de energética y así ayudar a cumplir los compromisos ambientales de nuestro país.
Por supuesto, como toda construcción humana produce impactos en el ambiente y la energía eólica no es la excepción. Se sabe que uno de los principales impactos es la colisión de aves y murciélagos y, en menor intensidad, la pérdida de hábitat, pero de esto hablaremos con mayor detalle en esta ocasión. En esta contribución solo queremos compartir que el viento puede considerarse como el verdadero "power" mexicano.