"En términos relativos, este proyecto convierte a México en el cuarto exportador más grande del mundo de gas natural licuado, detrás de Qatar, Estados Unidos y Australia. Para dimensionarlo es el proyecto más grande de inversión privada directa en el país", mencionó Alonzo.
Este proyecto es único en su tipo en el país, pues México sólo cuenta con tres plantas de regasificación, en Manzanillo, Colima, Altamira, Tamaulipas, y Ensenada, Baja California, a lo que se suma que está en construcción en Ensenada, también desarrollada por Mexico Pacific Limited.
En total, la empresa espera invertir en la primera fase 14 mil millones de dólares, casi tres veces lo que invertirá Tesla en su gigafábrica en Santa Catarina, Nuevo León, que asciende a cinco mil millones de dólares.
El proyecto, añadió Alberto Alonzo, consiste en la construcción de tres trenes de licuefacción con una capacidad de cinco millones de toneladas anuales por cada tren, por lo que una vez que se concluya la planta, aproximadamente en 2028, la capacidad total de exportación de la planta será de 15 millones de toneladas anuales.
Además, el proyecto incluye la construcción de un gasoducto de aproximadamente 800 kilómetros, para uso exclusivo de Saguaro Energía, con un diámetro de 48 pulgadas. Este ducto conectará Texas con el municipio de Pitiquito, Sonora, donde se ubica Puerto Libertad.
Las empresas esperan iniciar la construcción de los primeros dos trenes a finales de este año, mientras que el desarrollo del tercero arrancará en 2024, con una duración de trabajo de cuatro años, aproximadamente. En la primera fase del proyecto se generarán 13 mil empleos directos y 21 mil empleos indirectos.
Ventajas
Durante la charla, Alberto Alonzo mencionó que Puerto Libertad tiene varias ventajas estratégicas para el transporte de GNL a Asia.
Entre ellas, destacó que Sonora es más cercano al Lejano Oriente que el Canal de Panamá, donde actualmente, Texas y Luisiana exportan gran parte del GNL a Asia.
En promedio, el recorrido representa un ahorro de 11 días para el transporte, a lo que se suma que "el Canal de Panamá es un cuello de botella", donde es común que los barcos se atoren para salir al continente asiático.
"A través de este proceso, los clientes empiezan a tener un alto grado de interés en asociarse comercialmente a través de la firma de contratos de largo plazo. Esos compromisos cierran la pinza para que este proyecto se convierta en realidad", aseguró Alonzo.
La compañía firmó en semanas pasadas un acuerdo de suministro de gas con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a quien comprará al menos 0.8 mil millones cúbicos de gas por día, durante 20 años, lo que representa la tercera parte de la exportación que realizará la terminal de licuefacción una vez que concluya el proyecto.
"Esto generará ingresos significativos a la CFE y para la empresa también hace sentido, porque permite diversificar las fuentes de gas. Entonces, CFE se convierte en un componente muy importante del proyecto", dijo.
Planes a futuro
El directivo de la empresa señaló que está en planes la segunda fase de este proyecto, que consistiría en duplicar la capacidad de exportación, es decir, expandirla a 30 millones de toneladas anuales.
Sin embargo, la expansión no tiene fecha de inicio. "Mucho depende de qué tan rápido podamos concluir la primera fase", dijo.
Actualmente, la empresa ya tiene vendidas 14 toneladas anuales de los trenes que están en construcción, por lo que sólo tienen pendiente de vender una tonelada para el arranque de la primera planta, programado para 2028.
Entre los principales clientes de esta planta destacan Shell y Exxon, a lo que sumarán el anuncio de otra gran compañía de hidrocarburos en fechas próximas. A estos se suman las empresas chinas Guangzhou Gas y Zhejiang Energy.
"Los fundamentales de este proyecto no sólo se basan en la economía, sino en la reducción de riesgo, pues todas las decisiones que se han tomado han sido orientadas a una reducción significativa de riesgo, especialmente a partir de la necesidad de los países asiáticos por obtener el gas natural importado, por lo que, según el especialista, la reducción de riesgo es más importante que el precio del hidrocarburo".