Los apagones encendieron los clamores de la población de la isla energética, como se le conoce a Baja California Sur, por ser, junto a Baja California, uno de los dos estados de México que no se encuentra conectado al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y que depende únicamente de la energía que se produce localmente, considerada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como una red de alta vulnerabilidad.
Desde 2019 a la fecha, la CFE emprendió un plan para aumentar la capacidad instalada en Baja California Sur que aumentó de 600 megavatios (MW) a 900MW a través de sus dos sistemas aislados (Baja California Sur y Mulegé).
Actualmente, el sistema de Baja California Sur tiene una capacidad de generación disponible de 697 MW, con los que la CFE aseguró poder garantizar el suministro ante una demanda máxima pronosticada de 635 MW, lo cual fue ratificado por Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, quien aseguró en su conferencia matutina que no habría más apagones eléctricos en la entidad.
Sin embargo este verano el calor hizo encender todos los aires acondicionados y abanicos de los hogares sudcalifornianos provocando un pico en la demanda que no fue soportado por la isla energética.
Los apagones continuaron e inclusive se intensificaron durante la temporada de huracanes cuando por ejemplo, el Huracán Hilary afectó a 89 mil 918 usuarios en Baja California Sur dejándolos sin suministro eléctrico, según un comunicado de prensa de la propia CFE.
De acuerdo con Manuel Alejandro Aguilar, gerente regional de la CFE en sesión del Consejo Estatal de Protección Civil de BCS, la causa de esta intermitencia fue por la presencia de nubosidad que afectó la producción de energía solar y eólica.
"En la parte solar y eólica cuando se nos presenta alguna nubosidad que provoca que la generación intermitente solar no pueda aportar esa energía, entran nuestras plantas de generación pero, por el incremento en la demanda, en algunos casos es insuficiente y eso nos ha provocado tener que realizar esa rotación de interrupciones", explicó.
Por este tipo de circunstancias, la prioridad de las administraciones federales y estatales ha sido evitar a toda costa que los apagones continúen, sin importar que esto implique que la energía eléctrica provenga de combustibles fósiles (hidrocarburos y gas) y contravenir el plan de retiro de centrales en la entidad, generadoras que por su obsolescencia contaminan el medio ambiente.
"Ahorita ya estamos alrededor de los 900 MW de energía convencional que funciona con combustibles fósiles y alrededor de 80 megawatts de capacidad instalada de tecnologías renovables. Digamos que hay una predominancia que se mantiene de la parte de energía convencional y poca penetración de energía renovable", señaló Jacqueline Valenzuela, directora del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (Cerca), una organización que aspira a una energía y movilidad más limpia en Baja California Sur.
Capacidad instalada vs capacidad real Así como ha aumentado la capacidad instalada, también lo ha hecho el consumo doméstico e industrial. Valenzuela señala que la capacidad instalada debería ser suficiente para atender la demanda de energía eléctrica que está pronosticada a ser de aproximadamente 700 MW este 2023, a diferencia de los casi mil MW de capacidad instalada.
Sin embargo, critica que pese a que hay una gran capacidad instalada, con los apagones se demuestra que no está lista ante los picos estacionales, debido a que existen centrales que no se encuentran aptas para operar.
Este verano Baja California Sur ha estado presentando una demanda actual neta de 626 MW de energía eléctrica y aunque es una cifra muy por debajo del total de la capacidad instalada, pareciera que estos mil MW no pueden ser suministrados de forma simultánea, debido a los apagones prolongados que se han presentado.
Víctor Castro Cosío, gobernador de Baja California Sur, informó a través de un comunicado oficial que para solucionar los problemas de abasto de energía eléctrica, la CFE pondría en funcionamiento tres plantas generadoras, una en Los Cabos y dos en La Paz que estarán funcionando a partir de agosto, sin detallar cuántos MW generarán y qué tipo de tecnología usarán.
Por su parte, Aguilar informó el 17 de agosto que ya se instalaron dos de estas plantas y la tercera estará lista antes de que termine el mes y que con esto esperan corregir este déficit y cubrir la demanda total de energía.
Causa Natura Media contactó al área de comunicación social de la CFE para solicitar una entrevista y obtener más información sobre la capacidad instalada y sobre estos nuevos proyectos, pero hasta la publicación de este artículo no se concertó por parte de la institución.
Plantas programadas para retiro continúan operando En el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico 2018-2032, emitido por la Secretaría de Energía (Sener), donde se planea el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), se había considerado el cierre de 115 centrales en todo México, de las cuales siete estaban programadas para dejar de operar hasta 2023 en Baja California Sur, que corresponden a una capacidad de 221 MW.
Para esta investigación se hizo la solicitud de información ante el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) del listado de centrales interconectadas al SEN que notificaron su retiro programado, pero respondió que era información clasificada por considerarse "secreto comercial e industrial que se vincula a la estrategia económica, financiera y comercial".
Sin embargo, en el caso de las centrales programadas para retiro de Baja California Sur, Valenzuela señaló que le consta que siguen operando "porque vemos toda la contaminación que se emana principalmente de ellas".