
Debido al cambio climático, el calor aumentará y las lluvias disminuirán, por lo que es el momento de trabajar en la mitigación y adaptación ante sequías extensas y recurrentes.
No hay un solo modelo hidrológico a nivel nacional o internacional que nos diga que en Sinaloa tendremos más lluvia y menos temperatura, al contrario, indicó Sandra Guido, directora ejecutiva de Conselva.
Entonces, para mitigar la escasez y garantizar la funcionalidad de nuestros hogares, hospitales, hoteles y negocios, Conselva propone un Plan Hídrico para Sinaloa, con estrategias que van desde el manejo de cuencas para la producción de agua, hasta su gestión eficiente y financiamiento.
¿Qué es el Plan Hídrico para Sinaloa?
El Plan Hídrico para Sinaloa es una estrategia desarrollada por Conselva para asegurar la disponibilidad y calidad del agua en el estado, eficientar su uso y financiar su gestión.
Esto incluye la participación de ciudadanos, empresas y el gobierno en la creación de una agenda común para proteger los recursos hídricos y garantizar el suministro a futuro.
Tenemos políticas públicas fragmentadas. Planeamos el crecimiento industrial y urbano sin considerar si tendremos agua o no; se toman decisiones de uso del recurso hídrico de manera sectorial y aislada, desglosa Guido, para explicar la pertinencia de este plan.
A través de su programa Cuencas y Biodiversidad, esta organización ya generó soluciones para enfrentar el estrés hídrico en el sur de Sinaloa. Lo hizo mediante la restauración de la infraestructura verde en sitios específicos, llamados microcuencas, del territorio del Río Presidio y Baluarte.
A través de política pública territorial se puede proteger y restaurar los principales ríos de Sinaloa, es un hecho, expresa Sandra Guido.
Con base en ciencia y experimentación, Conselva desarrolló una estrategia con enfoque de restauración de cuencas. Para ello, primero realizó estudios a partir de los cuales se crearon modelos que permiten determinar la cantidad de agua que se produce en cada microcuenca, así como la condición del suelo.
A partir de este modelo, se determinó que como resultado de la conservación en microcuencas en siete ejidos de Concordia y Rosario, se logró una producción de 78 millones 985 mil 026 m3 de agua, lo que equivale al consumo de 3.3 años del total de viviendas de Mazatlán (152,601). Esto partiendo de datos proporcionados a Conselva por la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán, que indica que el consumo mensual de agua por vivienda en la ciudad es de 13 m3.
Conselva también aplicó esta metodología en Mazatlán, municipio que depende del almacenamiento de agua de la presa Picachos. La experta indica que la parte más cercana a la presa produce entre 490 y 709 mm de agua por año, por lo que, si se desea generar agua para la ciudad porteña, es necesario proteger esa zona, pues ahí se produce el agua que capta el embalse.