Los científicos occidentales que estudian el Ártico están cada vez más perdidos en la búsqueda de datos, como consecuencia del corte en las relaciones con Rusia.
La crucial ciencia climática se ha visto obstaculizada mientras Rusia, que constituye más de la mitad del Ártico, continúa su guerra en Ucrania. El flujo de datos entre científicos occidentales y rusos se ha reducido al mínimo debido a las sanciones y otras restricciones impuestas por Occidente, lo que ha interrumpido el trabajo en una serie de proyectos.
El estancamiento de la colaboración está retrasando los esfuerzos para vigilar la reducción del Ártico, el cual se está calentando cuatro veces más rápido que el promedio mundial, y está acelerando el aumento de la temperatura del planeta. Esto amenaza con dejar a gobiernos y legisladores sin una imagen clara de la velocidad a la que se está calentando la Tierra.
Puede que sea imposible entender cómo está cambiando el Ártico, sin Rusia, dijo Alessandro Longhi, científico italiano especializado en el permafrost, un suelo helado que retiene grandes cantidades de carbono que se libera a la atmósfera al descongelarse. Hablaba mientras caminaba por la nieve con un colega cerca de la Estación de Campo Toolik, un centro de investigación de la Universidad de Alaska Fairbanks en el norte del estado. Los científicos occidentales, excluidos de Rusia, recurren cada vez más a estaciones como esta para trabajar en el Ártico.
Mientras los investigadores se dirigían a recoger datos relacionados con la interacción de la flora con los suelos vulnerables del permafrost, sus huellas en la nieve se unían a otras de caribúes, zorros y armiños que iban en todas direcciones.
Longhi se detuvo y dio un paso atrás mientras su colega colocaba una cámara de plástico sobre una minúscula porción de la vasta tundra ártica para comprobar si los gases liberados por el permafrost variaban según las plantas, como la hierba algodonera, sepultadas bajo sus pies.
Este es el peor escenario posible de lo que puede ocurrir en otros lugares, dijo sobre el permafrost cambiante alrededor de Toolik.