En palabras de Carlos Martínez Velázquez, director general del Instituto, el Infonavit se fundó con la idea de que fuera quien construyera la vivienda y luego, a través del crédito, se pagará esa construcción, lo que en su momento era sumamente caro y el fondeo era incipiente. A partir de los 80 comienza el mandato de una hipoteca social, con una industria muy pequeña así como pocos proyectos, sin embargo, en la década de los 90, el instituto experimento el cambio más trascendente de la historia, creando el sistema de ahorro para el retiro y se individualizo, lo que le dio al Instituto la viabilidad financiera que actualmente tiene.
A partir de la reforma a la Ley del Infonavit de 2020, ahora las y los trabajadores cuentan con más opciones para ejercer su derecho a una vivienda a través de la opción que más les convenga, porque entendemos que no todo se resuelve comprando una casa; también sabemos que es importante adquirir un terreno, remodelar la vivienda familiar o pagarle al banco una hipoteca para consolidar el patrimonio familiar.
El Infonavit ha tenido cambios profundos a lo largo de los años, sin embargo, su meta es trabajar en aras de la consolidación de una mejor calidad de vida para los derechohabientes, ya sea por medio de la adquisición de una vivienda adecuada o de un mayor complemento de su pensión.
El instituto cumple 52 años administrando los ahorros de los trabajadores del estado para servir a quienes buscan adquirir, reparar, ampliar o construir su vivienda, así como a quienes prefieren comprar un terreno o a quienes pretenden ahorran en su Subcuenta de Vivienda para complementar su pensión al momento del retiro.