La ciudad, un motor industrial de México y uno de los polos de desarrollo más dinámicos de América Latina, está experimentando un boom en proyectos de construcción vertical, particularmente aquellos enfocados en usos mixtos. Este tipo de desarrollos no sólo responde a la creciente demanda del mercado inmobiliario, sino que también redefine la forma en que se aprovecha el espacio en una metrópolis que enfrenta los retos de la urbanización acelerada.
Los proyectos de usos mixtos permiten integrar vivienda, comercio, oficinas y espacios recreativos en una misma estructura, satisfaciendo la demanda de un estilo de vida más eficiente y sustentable. Esta convergencia de actividades en un único espacio reduce los desplazamientos, mejora la calidad de vida y, a su vez, impulsa el valor de la inversión inmobiliaria.
Sin embargo, llevar a cabo construcciones verticales en una ciudad como Monterrey no está exento de desafíos técnicos y logísticos. La excavación en terrenos que, en muchas zonas, cuentan con formaciones rocosas, representa un reto considerable que requiere tecnologías avanzadas y una planeación minuciosa. Además, la gestión del almacenamiento de materiales y maquinaria en espacios reducidos obliga a los equipos de trabajo a optimizar al máximo cada etapa del proyecto, asegurando que las operaciones sean eficientes sin detener el flujo diario de la ciudad.
Monterrey se está beneficiando ampliamente de esta transformación debido a que la construcción vertical no sólo optimiza el uso del suelo, sino que también posiciona a la ciudad como un referente en desarrollo urbano en México y en toda la región Latinoamericana. La verticalización responde a una visión moderna de la ciudad, donde la densificación planificada permite el crecimiento sin sacrificar la movilidad o el acceso a servicios, modelo que también fomenta la atracción de inversiones extranjeras y fortalece sectores como el comercio, la hotelería y las oficinas, dinamizando la economía regional.
El auge no es casualidad, la región cuenta con una economía robusta y una población en crecimiento que demanda espacios más funcionales y adaptados a un ritmo de vida moderno, adicionalmente, estos proyectos están comenzando a incorporar criterios de sustentabilidad como parte de su ADN. La certificación LEED y otras prácticas verdes ya no son un lujo, sino una necesidad, la eficiencia energética, el manejo responsable del agua y el uso de materiales reciclables están permitiendo que estos desarrollos no sólo reduzcan su impacto ambiental, sino que también generen ahorros a largo plazo para sus ocupantes.
El cambio en la forma de construir y habitar las ciudades, aunque todavía está en desarrollo, está posicionando a Monterrey como un modelo a seguir dado que las ciudades verticales no sólo son una respuesta a los retos actuales de espacio y sustentabilidad sino también la visión sobre el futuro que queremos construir.
En ese sentido, los desarrolladores, arquitectos, ingenieros y Project Managers tenemos hoy la responsabilidad de seguir innovando y optimizando nuestros proyectos para que Monterrey continúe a la vanguardia, con edificaciones que no sólo desafíen la gravedad, sino que también impulsen el crecimiento sustentable de la región.
** El autor es director ejecutivo de Proyectos y Desarrollos JLL México
Es Ingeniero Civil por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con la certificación LEED AP Building Design + Construction. Con más de 30 años de experiencia, Gutiérrez Ochoa es un profesional en el sector de la construcción y en la administración de proyectos. Como director del área de Proyectos y Desarrollos de JLL México, lidera a un equipo de más de 300 Project Managers.