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Mensaje del Ing. Jorge Videgaray Verdad

Nueva Comisión Ejecutiva

1ra. Sesión Plenaria

2da. Sesión Plenaria

3ra. Sesión
Plenaria

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Tercera Sesión Plenaria
Viernes 28 de marzo

“Necesidades de Infraestructura en México”

Participantes:

Ing. Leandro López Arceo
Presidente Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción
Dr. Felipe Ochoa Rosso
Ex Presidente Cámara Nacional de Empresas de Consultoría
Lic. Juan Diego Gutiérrez Cortina
Presidente Gutsa Constructores
Ing. Luis Zárate Rocha
Vicepresidente Grupo ICA

Moderador:
Sergio Sarmiento

-SERGIO SARMIENTO:... infraestructura en México.

            Y tenemos, debo decirlo, un panel de lujo. Se encuentra con nosotros el ingeniero Leandro López Arceo, quien es el presidente nacional saliente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción; quiero agradecerle el estar aquí con nosotros.

            Tenemos al doctor Felipe Ochoa Rosso, quien es ex presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría.

            Está con nosotros también Juan Diego Gutiérrez Cortina, él es presidente  de la corporación GUSTA, Grupo GUSTA.

            Y se encuentra también con nosotros el ingeniero Luis Zárate Rocha, es vicepresidente del Grupo ICA.

            ¿Qué es lo que vamos a tratar de hacer aquí en los próximos  minutos? Vamos a tratar de entender exactamente en dónde están los obstáculos para realizar un mayor esfuerzo para construir infraestructura en este país a sabiendas, por supuesto –esto se ha repetido mil veces aquí y en otros foros-, de que ésta es la única forma de promover un crecimiento saludable para nuestro país.

            La mecánica de esta presentación, no va a ser como La Entrevista con Sarmiento, no va a ser uno a uno. Vamos a hacer una mecánica que va a ser la siguiente: vamos a tener una serie de encuestas, encuestas electrónicas como las que se han venido haciendo a todo lo largo de este Vigésimo Cuarto Congreso de la Industria de la Construcción.

            Y además de estas encuestas, vamos a tener unas presentaciones de cada uno de los participantes; y vamos a proceder, después, a una discusión más libre, en la que vamos a ir intercalando la discusión en sí, con estas en-cuestas.

            Al final, tendremos conclusiones, primero, de los panelistas; tendremos una sesión de preguntas y respuestas para que ustedes puedan participar también. Y trataremos al final, espero que lo podamos hacer, es-pero que lo pueda yo hacer de manera adecuada, trataremos de tener algunas conclusiones concretas respecto de lo que se discuta aquí.

            Esto lo vamos a tratar de hacer en poco menos de dos horas; estamos empezando un poquito retrasados, pero nos vamos a tratar de ajustar en los tiempos, con el fin de que podamos terminar a tiempo para la ceremonia final de conclusiones y de clausura de este evento.

            De hecho, tengo entendido que vamos a hacer una encuesta, antes de hacer las presentaciones de nuestros participantes. Y les vamos a preguntar concretamente ¿qué le ha parecido nuestro Congreso? A ustedes, amigos, que son quienes finalmente lo hacen posible; y tienen ustedes cuatro opciones: excelente, bueno, regular y malo.

            Van a explicar la metodología.

-INTERVENCIÓN: Buenos días. El sistema consiste, para las personas que recogieron su control, tienen que marcar el número. Va a aparecer una pregunta y del lado izquierdo van a ver los números de colores; según la res-puesta que escojan, marcan un número.

            Va a aparecer un reloj dentro de la pantalla, y cuando está corriendo el reloj, es cuando hay que apretar el botón; ni antes ni después, porque la respuesta no va a ser tomada en cuenta.

            Si quieren cambiar de respuesta, pueden apretar la nueva opción, el nuevo número de opción, pero también dentro del tiempo que está marcando el reloj.

            Y vamos a hacer una pregunta de prueba, para que ejemplifique esto. ¿Qué te ha parecido nuestro Congreso? Las respuestas son uno excelente, dos bueno, tres regular y cuatro malo.

            En este momento va a correr el reloj y es cuando van a votar, por favor. OK esa es la respuesta, fue que la opinión es bueno.

            Y las preguntas que aparezcan, la dinámica va a ser de esta manera. Le cedemos la palabra, otra vez, al señor Sarmiento.

-SERGIO SARMIENTO: Gracias mil. Ya vi que la gama de colores está he-cha para disuadirnos; bueno, que usualmente es verde, aquí aparecía como rojo, pero en fin. Son azares de este destino.

            Vamos a empezar con la presentación del ingeniero Leandro López Arceo, él es conocido por todos ustedes, pero de cualquier forma me voy a permitir leer algunos detalles de su currículum.

            El ingeniero Leandro López  Arceo, es ingeniero civil, con maestría en Administración de Empresas. Es presidente del Consejo de Administración de Bufete de Empresas Constructoras del Sureste, S.A. de C.V.; presidente del Consejo de Administración de Grupo VECSA, S.A. de C.V.

            Él ha sido presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana, Asociación Civil; fue miembro del Consejo de Ingenieros para las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá; vicepresidente del Consejo Directivo de la Academia Nacional de Ingeniería Ambiental. Representó a México también ante el Forum Iberoamericano de Ingeniería Civil y Construcción.

            Ha sido vicepresidente de Construcción y Servicios Conexos de CON-CAMIN, así como representante del Consejo Coordinador Empresarial en el Consejo Presidencial para la Competitividad en el área de Infraestructura.

            Además, entre el 2001 y 2003, el ingeniero Leandro López Arceo ha sido presidente  de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.

            Vamos, pues, a darle la bienvenida al ingeniero Leandro López Arceo.

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Gracias.

            Yo te pediría, Sergio, hay un bloque de preguntas iniciales; quizá antes de mi intervención, quisiera que las pusieran.

-SERGIO SARMIENTO: Las preguntas iniciales, vamos al primer bloque de preguntas entonces.

            Las primera preguntas van a ser las siguientes, de una vez se las voy diciendo.

            ¿Conoces qué lugar ocupa México en la economía mundial? Vamos a pasar ahora al reloj, para ver esta pregunta. Opinión instantánea: es el noveno; efectivamente, México ocupa el noveno lugar en la economía mundial y el 41 por ciento de los participantes lo sabían.

            Vamos a la siguiente pregunta: Entre los 75 países que incorpora el World Economic Forum, el Foro Eco-nómico Mundial, en su estudio sobre competitividad, ¿conoces qué lugar ocupa México? Ahí están las posibles opciones: el séptimo, el 15, el 35, el 54, el 61 o el número 70. ¿Saben ustedes cuál es el lugar de competitividad de México en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial? Vamos a dejar correr el reloj.

            Efectivamente, el 65.5 por ciento de los participantes anotaron el lugar correcto, que es el lugar número 54, según el Índice de Competitividad que se dio a conocer en este mes de enero en el Foro Económico Mundial de Davos.

            Vamos a la tercera pregunta: ¿Conoces qué inversiones mínimas requiere México para no incrementar el rezago en infraestructura? Ya no es-tamos hablando ni siquiera de abatirlo o avanzarlo.

            Y las posibles respuestas son: cinco mil millones de dólares, 10 mil millones de dólares, 18 mil millones de dólares, 24 mil millones de dólares, 33 mil y 50 mil millones de dólares. Vamos a dejar correr el reloj.

            Veinticuatro mil millones de dólares, el 33.7 por ciento de los participantes; 33 mil millones de dólares el 31.3 por ciento de los participante. Es-tamos más o menos dentro de los rangos que se consideran aceptables, para no incrementar el rezago de infraestructura.

            Vamos a pasar, pues, ya a las presentaciones de nuestros panelistas.

            Vamos a seguir teniendo algunas preguntas adicionales en este voto electrónico que estamos llevando a cabo. Como ya hice la presentación del ingeniero Leandro López Arceo, no la voy a repetir, y ahora sí le pido que, por favor, tome la palabra.

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Muchas gracias, Sergio. Muy buenos días.

            Voy a hacer una presentación enfocada principalmente al estatus de la industria de la construcción, el lugar que debiera de tener, que tiene México en este momento, de acuerdo como venía la encuesta inicial de competitividad, con respecto a infraestructura; un diagnóstico muy rápido de los principales sectores de inversiones mínimas que requiere el país en los próximos años para no incrementar este rezago.

            Y ya dejaríamos al segundo bloque de esta mesa, para intercambiar otros puntos de vista.

            Entonces, me voy a ir lo más rápido posible. Estos son simplemente algunos datos que nos hacen ver la importancia de la industria de la construcción en nuestro país: 12 de cada 100 empleos los genera la industria de la construcción y 46 centavos de cada peso se generan con valor agregado; participa con el cinco por ciento del Producto Interno Bruto.

            Esta gráfica quisimos presentar-la, para que vieran en los últimos 30 años cuál ha sido el comportamiento de la industria de la construcción en México, referida a los diferentes sexenios y comparada con el Producto In-terno Bruto nacional y el de la industria de la construcción.

            Como verán, en 1995, tuvo la industria de la construcción mexicana la caída más importante en su historia, menos 24 por ciento, cuando el Producto Interno del país cayó a menos seis por ciento, y todavía no estamos en momento de recuperarnos.

            Ahí ven las principales variables que en ese momento conformaban el escenario del país. La devaluación al 100 por ciento; tasas de interés arriba del 50 por ciento; inflaciones anuales del 50 por ciento; ajustes severos al presupuesto y un proceso de apertura inminente que estaba en esas fechas.

            Ahí vemos cuál ha sido el crecimiento del Producto Interno Bruto de la construcción, comparado con el de la industria de la construcción. Y los niveles, a pesos constantes, vemos que la recuperación es comparada con los niveles de inversión de hace 20 años, hablo a pesos constantes.

            ¿Por qué el tema de la infraestructura en nuestro Congreso? Bueno, el Foro Económico Mundial ha dispuesto 11 variables con las cuales se mide la competitividad de un país. Como verán ustedes, la corrupción, el marco legal, el entorno macroeconómico; y una de esas variables es precisamente la infraestructura. Por eso la importancia de la infraestructura y el tema de nuestro Congreso.

            En esta gráfica observamos cuál es el lugar que, como acertadamente ustedes, al inicio de la presentación, pulsaron en los aparatos electrónicos, ¿cuál es el lugar que ocupa México?

            Número 54 en infraestructura general, por debajo de países herma-nos que hoy nos acompañan aquí, los presidentes de las cámaras hermanas. Pero por debajo de países como Argentina, Brasil, Chile, ya no se diga Estados Unidos, España o Francia.

            Y algo muy significativo, en la segunda columna, ¿cuál es el lugar que ocupa nuestro país en acceso al crédito, el financiamiento? Todavía un lugar 12 puntos abajo, el lugar número 56 de los 75 países.

            El comportamiento de la industria de la construcción. Esto ha sido en el 2002, lástima que no me pusieron aquí la del 2001; ésta es la del 2002, éste ha sido el comportamiento de la industria de la construcción. No estable, tuvimos un crecimiento que no llegó al dos por ciento. Y estimamos un pronóstico para este 2003, si las variables externas no afectan más el entorno económico, pudiéramos estar en niveles de crecimiento de tres a tres y medio por ciento.

            Bueno, éstas son las inversiones que impulsa el sector público el día de hoy en nuestro país. Como verán, el total de presupuesto aprobado, con recursos, es de 245 mil millones, de los cuales 147 mil millones son con recursos fiscales; los otros 117 mil millones es inversión que impulsa el sector público, pero financiada, los famosos PIDIREGAS.

            Y como verán, la variación real, porcentual, que se da para este ejercicio, decrece en un 1.6 en inversión fiscal, y aumenta en más del 60 por ciento con inversión de PIDIREGAS. Yo creo que hay que tener mucha atención en esto, porque el PIDIREGA viene a ser una deuda contingente en el tiempo, que pudiera en un futuro tener alguna repercusión, si el proyecto no es viable desde el principio.

            Las inversiones anuales, que esta Cámara ha hecho un diagnóstico de lo que requiere el país en los próximos años, las inversiones anuales en infraestructura, de manera sostenida en los próximos 10 años, son alrededor de 33 mil a 34 mil millones de dólares, diferenciadas en los sectores que ustedes ven ahí.

            Y luego, nos vamos a referir a cada uno de los sectores y las cantidades de inversión que requeriría. Por ejemplo, el sector energía, es un sector muy importante; de los ocho sectores que participan en nuestra Cámara son muy importantes, sin embargo, el sector energía es el que más facturación realiza anualmente, donde está Comisión Federal, Petróleos Mexicanos, etcétera.

            Y en lo que se refiere a hidrocarburos, las inversiones anuales que requiere, representarían cerca del 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto nacional y el 28 por ciento del PIB de la construcción que tuvimos el año anterior.

            En gas natural, que ayer en la mesa en la que estuvo aquí Eduardo Sojo, se comentó sobre la importancia de explotar y sobre todo de procesar, de entubar y de que llegue el gas natural a los principales centros de distribución y, sobre todo, si en los próximos años el impulso al sector eléctrico, referido en tres mil megawatts de energía eléctrica que vamos a requerir en los próximos años, va a requerir en plantas de ciclo combinado importantes inversiones en gas natural, para que puedan abastecer el funciona-miento de estas plantas.

            Gas LP, ahí también vemos una importante inversión anual. En electricidad éste es el pronóstico: más de tres mil megawatts requerimos en los próximos 10 años. Y siempre me gusta referirlo de manera analógica: tres mil megawatts por año, es la capacidad de energía instalada el día de hoy en los estados de Sonora y Sinaloa, para que tengamos una idea de la magnitud del esfuerzo que requerimos en nuestro país.

            En electricidad, ahí están las inversiones que vamos a requerir, son alrededor de unos seis mil millones de dólares anuales. Pudiera representar la quinta parte del Producto Interno Bruto de la construcción en el 2002.

            Carreteras. El día de hoy, la tercera parte de las carreteras libres del país se encuentran en mal estado. Vamos a requerir en los próximos años, desarrollar más de cinco mil 300 kilómetros de carreteras. Esto se dice fácil, pero es dos veces la distancia de Campeche a Chihuahua. En seis años necesitaremos desarrollar más de cinco mil 300 kilómetros de carreteras.

            En puertos, la inversión anual requerida es de poco más de siete mil millones de pesos, a través de las API's. Obviamente comparándonos con puertos importantes con Hong Kong o Singapur, ahí vemos que tienen una capacidad de desplazamiento de más de 30 veces, comparados con los principales puertos que son Vera-cruz y Manzanillo.

            En aeropuertos, ya se ha desincorporado la mayoría de los aeropuertos. Y ahí las inversiones, a través de todas las concesiones aeroportuarias en este momento, andarían en orden de unos cuatro mil millones de pesos anuales.

            En ferrocarriles, aquí lo que des-tacaría yo es que casi en el último cuarto de siglo, no se habían adiciona-do nuevas rutas ferroviarias en nuestro país. Creo que en muchas partes, en-tendemos el problema de la orografía de nuestro país, sin embargo, en muchas partes del mundo, el sistema ferroviario es parte importante del movimiento de carga de un país y que tiene mucho que ver con la competitividad.

            Los datos que actualmente, oficiales, de la misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes, por el mal estado de la carretera y el costo de trasladar los productos de los diferentes sectores de la economía de México, nos dan un dato de cerca de 20 mil millones de pesos anuales, que pierde de costo el país, por estar en ese esta-tus las carreteras de México.

            Estas son las inversiones en telefonía, en la teledensidad en los próximos años.

            Y el siguiente es un sector que debe de llamarnos muchísimo la atención. El día de hoy, 11 millones de mexicanos carecen de sistemas de agua potable; o sea, dos veces los habitantes de un estado como Puebla. Y cerca de 23 millones de habitantes de nuestro país, que lo refiero de manera análoga, serían todos los habitantes del Distrito Federal y del estado de México, carecen el día de hoy de falta de drenaje sanitario.

            El tema del agua es un tema de prioridad nacional y en el que, lamentablemente, la inversión de los recursos programados, vemos con tristeza que no van a ser suficientes para la demandas que tiene el país. La inversión anual que requiere este importan-te sector, es de más de 42 mil millones de pesos anuales.

            El medio ambiente también tenemos una importante tarea; ahí la inversión es de un poco más de 14 mil millones.

            En el área de vivienda, que es parte de la infraestructura social de este país, se ha hecho un compromiso de, al final de este sexenio, estar  realizando cerca de 750 mil viviendas; 750 mil viviendas, quiere decir realizar 85 viviendas por hora. Y hacer eso, va a requerir incorporar al año entre 13 mil y 14 mil hectáreas de suelo ejidal al suelo urbano, con todos los requerimientos de infraestructura que requiere una vivienda: agua, calle, energía, drenaje, etcétera.

            Entonces, no es una tarea fácil. Por eso, la infraestructura básica creo que es un tema prioritario en el país.

            En el tema de salud, y en la siguiente lámina, verán también que los próximos 20 años, la población de México va a tener una curva ascendente en lo que se refiere a edad. Los mexicanos vamos a pasar un porcentaje mayor el que va a estar entre 50 y 65 años, vamos a necesitar de más clínicas.

            Así como en el sector educacional, en los próximos 10 años, más de tres millones de educandos van a incorporarse al sistema educativo, lo que va a ejercer una fuerte presión en la creación de infraestructura educativa.

            Y en estos sectores, también lamentablemente los recursos no son lo suficiente que debían de estar.

            En turismo, el turismo va a requerir en los próximos años incorporar alrededor de 10 mil cuartos de hotel. Esto es equivalente al total de cuartos que existen el día de hoy, de una a cinco estrellas, en un estado como el de Guanajuato. La inversión anual re-querida, se estima en cerca de 20 mil millones de pesos.

            Y en materia de seguridad pública –ya para terminar- vamos a requerir la creación de un centro penitenciario de cada cuatro existentes en el país. El hacinamiento el día de hoy es impresionante, y para ello vamos a requerir importantes recursos.

            Yo termino con esta primera introducción, para dejar en el panel y aquí en esto, no un ambiente de des-aliento, sino al contrario. Tenemos ante nosotros una gran expectativa de mucha infraestructura que requiere el país y que va a requerir para eso una industria de la construcción fuerte, una industria de la construcción capitaliza-da; y por eso, yo creo que el tema de la infraestructura deberá de ser prioritario en las políticas de Estado del gobierno de la República.

            Entonces, dejo, Sergio, esta mesa.

-SERGIO SARMIENTO: Gracias, ingeniero Leandro López Arceo.

            Vamos a pasar ahora a la presentación del doctor Felipe Ochoa Rosso. El doctor Felipe Ochoa Rosso es un empresario mexicano, fundador de instituciones y líder empresarial desde hace 30 años.

            Él fundó en 1973 y es presiden-te de la prestigiada firma de consulto-ría FOA, S.C.. Consultores.

            El doctor Felipe Ochoa Rosso fue presidente de la Cámara Nacional de Consultoría de 1994 a 1996. En octubre de 1997, postulado precisa-mente por la Cámara de Consultoría, fue electo miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación Internacional, el FIDIC, por un periodo de cuatro años.

            Propuso y logró la creación de un comité de vanguardia sobre ética empresarial, un bussiness integrited mangement tax fors, del cual es presidente desde mayo de 1999.

            A petición del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, preside el Joint Working Group Integrity, el Grupo Conjunto de Trabajo sobre la Integridad, bajo el liderazgo de la FIDIC y con la participación de ambas instituciones multilaterales.

            Doctor Felipe Ochoa Rosso, por favor.

-DR. FELIPE OCHOA ROSSO: Muchas gracias, Sergio.

            Muchísimas gracias a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y a mi amigo Leandro, por la invitación para compartir con ustedes algunas reflexiones que pudieran con-tribuir al tema fundamental que se está planteando en esta sesión plenaria, que es el tema de la infraestructura.

            La tónica va dirigida hacia un convencimiento que es de todos nosotros, en el sentido de que debe haber una mayor participación de la cadena de la infraestructura nacional en la actividad, para llevar a cabo toda la obra que se requiere, a la cual ha hecho referencia con cifras y con toda precisión el presidente saliente de su Cámara.

            Esa mayor participación creo que es contundente el aseverarlo, es el resultado de analizar, primero, que ante ese monto requerido de inversión en infraestructura que está refiriéndose, del orden de 30 y tantos mil millones de dólares anuales. Y como resultado de la retracción de la inversión pública, que también es clarísimo para todos nosotros.

            Y otro elemento muy importante, que es el debilitamiento y la atomización de la cadena de la infraestructura, experimentada de manera muy crítica en la última década y de la cual a todos nos consta.

            La inversión privada con capita-les, de tipo global, que es la que viene a complementar la inversión que disminuye el sector público, busca desde luego, para poder realizarse en nuestro país, a “brockers” confiables, que resultan ser fundamentalmente las empresas internacionales, ante los eventos anteriores que señalábamos.

            Por ello, pensamos que es prioritario retomar un adecuado nivel de autodeterminación nacional en materia de infraestructura. Autodeterminación, pero ¿en qué? Bueno, pensamos que debe ser una autodeterminación integral, tanto en la decisión de qué infraestructura requiere el país y dónde debe de ubicarse dentro del territorio, en su financiamiento, en el diseño y en la realización de las obras de infraestructura y en la operación y mantenimiento de la misma.

            Uno de los aspectos que es necesario explorar, es cómo a partir de la última década ha habido un cambio del paradigma en materia de infraestructura. Anteriormente a la apertura de 1986, posteriormente la del NAFTA de 1994, del 1 de enero; anteriormente a ello el mecanismo era que el capital internacional nos prestaba el capital y se los prestaba al gobierno fundamentalmente. El gobierno lo invertía utilizando servicios de la cadena de infraestructura nacionales. El gobierno absorbía los riesgos y se otorgaba al financiamiento garantía soberana.

            Después de la apertura, el paradigma cambia. Ahora los capitales se invierten a través de un “broker” con-fiable, que precisamente los estados financieros señalan que a lo mejor tiene que ser internacional; el broker lo invierte, utilizando servicios internacionales, y esa es la parte preocupante, porque al final de cuentas sabe a quién puede demandar en caso de necesidad.

            Los brockers o desarrolladores de la infraestructura en nuestro país pagan la renta de la tierra, los recursos naturales y el derecho de concesión; pagan también el empleo. Y los servicios nacionales participan marginal-mente, como subcontratistas, a precios de commodity.

            Si vemos ahora, como la IED, la inversión extranjera directa se canaliza para la infraestructura, a través de brockers que son desarrolladores, y vemos cada vez una mayor incidencia de desarrolladores globales. Esos desarrolladores globales generan la infraestructura, y empezamos a apreciar que hay una participación de tipo nacional, pero esa participación de tipo nacional está ofreciendo los terrenos, los recursos naturales, los insumos, la electricidad, el agua y la energía.

            Pero cuando estamos viendo la cadena de la infraestructura dividida en dos partes. Aquella que son servicios profesionales, que se ofrecen al des-arrollador global, con objeto de mitigar los riesgos de la inversión que están capturando en mercados de capital internacionales. Y eso requiere servicios profesionales de la cadena de la infraestructura.

            La certificación crediticia, la banca de inversión; necesitan aseso-ramiento legal, asesoramiento fiscal, auditoria, planeación estratégica, seguros y fianzas. Y esos servicios están dedicados fundamentalmente a mitigar los riesgos de las inversiones.

            Por otro lado, una vez que se realiza la construcción en infraestructura, vienen los servicios complementarios, que son los estudios de factibilidad, el diseño, el procuramiento de materiales y equipos, la construcción, la gerencia, la supervisión, la operación y el mantenimiento.

            Y estamos apreciando una mayor participación, a medida que pasa el tiempo, de la cadena global en el desarrollo de la infraestructura del país.

            Por eso, sí importa quién haga la infraestructura. En efecto, si nosotros no logramos retener o reponer un nivel de autodeterminación nacional, si eso no logramos, eso se contrapone a la política prioritaria de impulsar el crecimiento del mercado interno y de fortalecer la planta productiva nacional.

            No se podrá alcanzar si no tenemos ese fortalecimiento y hacemos nosotros la infraestructura, una masa crítica empresarial y de tamaño que nos permita salir a mercados del exterior y tendremos que estar sujetos exclusivamente al mercado interno.

            Todos los países hacen su propia infraestructura, ¿por qué no debe hacerlo México? Son muchas las externalidades negativas si no logramos nuevamente tomar un nivel de autodterminación.

            Habrá una mayor propensión a la importación de materiales y equipos en la parte del procuramiento. Hay un impacto mayor en el renglón de importaciones, muchas de ellas claramente sustituibles; reduce la componente del valor agregado de la infraestructura, se minimiza la transferencia de tecnología y se incentiva una mayor repatriación de utilidades hacia el exterior.

            No es aceptable convertirse in-advertidamente en un país de llave en mano.

            La visión moderna que nos lleva a la autodeterminación, en materia de globalización, quizá la explicamos viendo el lado izquierdo de la gráfica. Estamos diciendo que hay razones importantes que generan el interés de las empresas internacionales de invertir en México, ciertamente porque tenemos una proximidad al gran merca-do de los Estados Unidos, una red de tratados comerciales, un mercado laboral abundante y, todavía, relativo de bajo precio, de bajo costo y una disponibilidad de insumos y combustibles.

            Esas son las razones por las que se está trayendo la IED a México. Pero esa inversión extranjera directa que viene a México está solicitando también una serie de acciones por par-te del país. Unas para mitigar el riesgo de sus inversiones y otras para mejorar la rentabilidad de las mismas.

            En la mitigación de riesgo, se solicita una estabilidad macroeconómica, la certeza jurídica, la democracia, la seguridad; y ciertamente que nuestro país ha logrado estas variables macroeconómicas, colocarlas en su sitio. Pero también buscan una mayor rentabilidad las inversiones y ciertamente también las nuestras, que son lo que presionan para las reformas estructurales, el tener la infraestructura y los servicios para competitividad, la fluidez administrativa y mejores prácticas internacionales por parte de la actividad económica de nuestro país.

            Y pensamos que todo esto tiene una razón de ser, pero si esto va a hacer la respuesta de México a la in-versión extranjera directa, deberíamos preguntarnos si no, a ello, debería corresponder una negociación de nuestro país para ello. Y eso es que hubiera un paquete nacional cada vez más grande o mayor, ciertamente, de lo que estamos teniendo en la actualidad.

            Y por lo tanto, deberíamos de buscar una vinculación efectiva con la planta productiva local. Deberíamos de tener brockers o desarrolladores nacionales; alianzas efectivas, mayor contenido local y acceso a tecnología.

            Y por otro lado, también un paquete hacia el exterior en el cual, a cambio de todas estas acciones que el país va a realizar, se logre facilitar alianzas en el exterior, con empresas globales también nacionales.

            La participación nuestra en el esquema global. Ciertamente que el país no quiere ser miembro de la globalización simplemente porque estamos integrados, en el sentido de que todos los globales vienen a nuestro país. Nosotros también queremos participar en la globalización hacia fuera.

            Y para ello, tenemos que buscar ciertos mecanismos de dejar entrar, pero sin entregar; y buscar el poder salir. Y apreciamos que los agentes de la infraestructura ofrecen una oportunidad para salir; tenemos elementos que pueden ser puntas de lanza.

            Una industria del cemento muy importante, una industria de las tele-comunicaciones también muy importante, y previa autonomía a las dos organizaciones vitales de este país en materia de energía y de electricidad, se puede tener también una participación de punta de lanza hacia el exterior.

            Pero para ello, habría que jalar hacia el exterior a la cadena de la infraestructura nacional.

            Por lo tanto, en materia de desarrollo de infraestructura, nos permitimos presentar a ustedes una proposición para el debate de agenda del desarrollo de la infraestructura.

            La facilitación a desarrolladores nacionales para que participen en la infraestructura del país; el propiciar las alianzas de las empresas de la infraestructura, para fortalecerlas; el cambio a la Ley de Obra Pública, para fomentar la competitividad; negociar con inversionistas en México la apertura a brockers nacionales, también para que participen internacionalmente; y en particular, por lo que se viene en el caso de China; y apoyar, como los demás países, la salida de la cadena de la infraestructura.

            Me voy a permitir sintetizar algunos puntos, señalando que nuestro país –a mi juicio- requiere un punto de inflexión: falta visión de futuro para fortalecer la cadena de la infraestructura, privilegiando la competitividad.

            La Ley de Obra Pública de 1993 impidió el crecimiento de las empresas, al seleccionar por costo, particularmente ante el colapso económico, por el “error de diciembre”. Se obstaculizó el crecimiento interno de la cadena, en tanto los socios del NAFTA crecían aceleradamente. Pretendió impedir actos de corrupción, a costa e la competitividad; y los últimos cinco puntos para concluir.

            La corrupción, a mi juicio, se ataca con transparencia del gobierno y aseguramiento de integridad preventiva de las empresas.

            Es necesario el cambio, cambio de la ley para seleccionar por calidad y cambio hacia mejores prácticas corporativas; cambio para fortalecer a nuestras empresas de la infraestructura y el Estado debe de apoyar, para desarrollar a los brockers nacionales confiables, para el financiamiento de la infraestructura.

            Muchas gracias.

-SERGIO SARMIENTO: Quiero agradecerle al doctor Felipe Ochoa Rosso.

            El licenciado en Administración Juan Diego Gutiérrez Cortina, nació el 31 de diciembre de 1950 en la ciudad de México; cursó la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente desempeña el cargo de presidente Ejecutivo de Corporación GUSTA, integrado por diversas empresas dedicadas a la construcción y desarrollos inmobiliarios, así como proyectos de infraestructura.

            Fundada en 1944, la empresa lleva 58 años de participación activa en el desarrollo de todas las áreas de infraestructura en nuestro país.

            El licenciado Gutiérrez Cortina es miembro del Consejo de Administración de Ingeniería México, Grupo CUMA, S.A. de C.V., del Patronato de la Fundación Teletón, del Archivo General de la Nación, de la Fundación Agropecuaria y Forestal, entre otros. Es consejero propietario, además, del Consejo Coordinador Empresarial.

-LIC. JUAN DIEGO GUTIÉRREZ CORTINA: Muchas gracias, Sergio.

            Me honra mucho compartir este panel con mi amigo Leandro, Luis Zárate y contigo, Felipe, amigos de muchos años. Y con todos ustedes, compañeros de chamba y de lucha en este sector tan querido por todos nosotros, en el que hemos dispuesto desde hace muchos años el talento y el esfuerzo, no nuestro, sino de muchas generaciones de atrás, y al que nos tenemos que comprometer para construir esta infraestructura, en beneficio de nuestros hijos.

            Realmente la labor de los constructores de México es de una enorme responsabilidad para preparar ese futuro, ese México que va a tener que competir en este mundo, ahora tan integrado, tan complicado, tan interesante en el que tendrán que desempeñarse los hijos de todos nosotros, o los hijos de nuestros hijos. Esa es la responsabilidad y ese es el tema que hoy estamos aquí platicando.

            Por eso digo yo que hay que buscar una propuesta muy concreta para construir un México sobre un terreno más parejo.

            La verdad es que nos urge, ya lo han dicho aquí mis compañeros y se ha dicho a lo largo del Congreso, incrementar la infraestructura nacional. Todos entendemos el rezago que hoy tenemos, y creo que hay que ponernos a trabajar, buscando fórmulas creativas que nos permitan acelerar.

            El crecimiento de un país, aquí depende de la necesidad de competir en los mercados globales. Ya decíamos que México ocupa el 54 lugar de 75 países comparados en su infraestructura; la brecha supondría que la industria mexicana estuviese trabajan-do a unas marchas forzadas, que no estamos. Sin embargo, nuestro sector se reduce año con año.

            Este escenario no sólo contribuye a profundizar el rezago relativo de la competitividad, sino que también acelera el deterioro de nuestra infraestructura; me estoy yendo un poquito rápido, para tratar de llegar a las conclusiones, que me parecería lo más interesante.

            Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que tenemos una enorme estrechez presupuestal como país y, al mismo tiempo, la necesidad inmensa de infraestructura, de tal forma que nos llevan a que el gobierno tenga que licitar las obras a través de esquemas que incluyen el financia-miento, por parte de los contratistas.

            Es decir, nos piden a los empresarios de la construcción, en pocas palabras, que nos convirtamos en bancos, más que en empresarios de la industria de la construcción.

            La modalidad de esta obra financiada está desplazando automáticamente a la industria nacional. Y aun cuando las empresas domésticas cuenten o contemos con experiencia y capacidad técnica comprobada, su deterioro económico no les ha permitido presentar carátulas necesarias para obtener este financiamiento necesario.

            Así, la necesidad del financia-miento del gobierno, desdibuja artificialmente la competitividad de las empresas, a favor de las extranjeras. Es decir, se piensa que tenemos un problema de competitividad, un problema de tecnología; y no se reconoce, de alguna forma, que el problema central es el tema financiero.

            Es decir, las empresas mexicanas somos capaces de asociarnos, capaces de aliarnos en aquellos rubros en donde tengamos que complementar la infraestructura. Sin embargo, lo que no podemos hacer es convertirnos en bancos o en unas empresas que, de alguna forma, sustituyan el capital que se requiere en el esquema financiero de los proyectos en los que el gobierno, o el país o el Estado Mexicano no puede participar, por su escasez de fondos.

            En tan sólo 32 contratos para tomar un ejemplo del gobierno federal, que se otorgaron en el año 2001, se adjudicaron obras a empresas extranjeras por más de 10 mil millones de dólares.

            Aquí es importante resaltar lo siguiente. Yo diría: la industria mexicana de la construcción tiene una característica muy peculiar: lo que realmente nos hace falta a todos es trabajo; es decir, es una empresa que si bien tiene problemas o tuvo problemas financieros importantes en la crisis terrorífica de todo el país, de 1994-1995-1996, se resuelve relativamente fácil con aumentar el rubro del ingreso; es decir, lo que nos hace falta es trabajo.

            Y por otro lado, lo que a México le hace falta es trabajo en infraestructura. Es decir, es por eso que creo que estamos, paradójicamente, en el negocio adecuado y en el momento adecuado; lo que necesitamos es encontrar el cómo sí se pueda dar este tema de infraestructura.

            Tenemos que revertir los indica-dores, que empiezan a preocupar al gobierno federal, impulsando al gobierno a buscar mecanismos y así poder ayudar a que se otorgue financia-miento a los mexicanos. Es decir, no buscamos proteccionismo, que quede claro; no buscamos transferir ineficiencias, que pudiéramos tener en nuestro sector, hacia el consumidor. Tendremos que ponernos a trabajar en ser cada día más productivos y estando en el último eslabón de la cadena, en el state of the art de la tecnología, no queremos tampoco formar con esto ni proteger monopolios u oligopolios.

            Lo que queremos realmente es crear valor y, así, propiciar la captura en la mayor proporción de esta creación de valor, a favor de nosotros, de los nacionales.

            Por lo tanto, ¿cuál es nuestra propuesta?

            La propuesta es, por un lado, buscar que el gobierno pudiera, como ideal, sobre todo en esta primera etapa en donde todavía el sector está saliendo de una crisis financiera importante, que buscara el gobierno concursar el financiamiento por separado. Es decir, beneficiar los esquemas de obra pública, o buscar que claramente se sepa-rara el financiamiento en el tema, en el momento de la licitación.

            Pero si no, uno de los mecanismos que puede funcionar, es algo de lo que ya habló el doctor Sojo el día de ayer, en donde se propone reducir el riesgo financiero y ampliar así la capacidad crediticia de las empresas, dividiendo la obra por pedazos, por tranches. No para efectos de construcción, sino para efectos de medición de sus resultados.

            Es decir, la ejecución de un proyecto que vale 100, se divide en diferentes etapas; se consigue una liberación o un certificado de liberación de obra, no una recepción parcial, que de suyo no es posible en contratos, por ejemplo, tipo PIDIREGAS; pero sí una certificación de que el avance en esa primera fase del proyecto se fue logrando.

            Y el banco, la banca de desarrollo podría apoyar a la empresa en la siguiente fase. Una vez terminada esa siguiente fase, la apoyaría en la tercera, en la cuarta, en la quinta, en la sexta, etcétera, hasta terminar el proyecto.

            Una vez terminado el proyecto, en ese momento la institución –léase CFE, Pemex, cualquiera de éstas del Estado Mexicano-, en la misma fórmula PIDIREGA, lo que haría es recuperarle a la empresa para que, a su vez, la empresa pagara a la banca de desarrollo lo que hubiese ahí invertido... (TERMINACIÓN DE CASETE)

...a financiar fueran menores permitiendo, así, a las empresas nacionales con carátulas financieras menores o deterioradas en este momento, puedan así participar en los grandes proyectos e México.

            Así, el desarrollo de la infraestructura no se disminuiría sino que, además, propiciaría la captura de ese mayor valor agregado que estamos buscando a favor de los connacionles.

            Lo que creo que es importante es que este esquema, en el que hemos caído no es un esquema que resulte del Tratado de Libre Comercio. Es decir, el Tratado de Libre Comercio no le obliga al gobierno mexicano el que las obras se concursen como están, ni le impide al gobierno mexicano que a través de la banca de desarrollo fomente una política en donde se pueda apoyar a la industria mexicana en el otorgamiento de financiamiento o de garantías.

            Esto se puede resolver interna-mente. Si no lo hacemos, estamos en el riesgo gravísimo de caer en la misma situación que sucedió con la banca mexicana, que íntegramente quedó en manos extranjeras o en la industria del autoservicio, o en tantas editoriales, etcétera, que están realmente en don-de los empresarios mexicanos han sido desplazados.

            Hoy esta infraestructura inmensa que se tiene que construir en México, si creativamente buscamos fórmulas y presionamos positiva y creativa-mente a las autoridades mexicanas para que nos permitan a los nacionales que tenemos capacidad de ejecutarlas, participar, podemos reconstruir nuestra industria nacional y, con eso, retomar el papel que esta industria ha tenido siempre en la infraestructura de México.

            Muchas gracias.

 

-SERGIO SARMIENTO: Gracias, Juan Diego.

            El moderador te agradece haberte ajustado a los 10 minutos.

            Ingeniero Luis Zárate Rocha. Él es ingeniero Civil por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la cual se recibió en 1971.

            Realizó estudios de Educación Continua en Administración en la Universidad de California, de Los Ángeles. Luis Zárate Rocha ingresó a ICA en 1968, participando en diferentes pues-tos en las áreas de construcción, administrativa y desarrollo de proyectos. Actualmente se desempeña como vicepresidente de Empresas ICA y, asimismo, es vicepresidente de la Fundación ICA.

            Luis Zárate es profesor por oposición en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en las cátedras de Construcción y Edificación, donde ha impartido clases desde 1978. además, es miembro del Consejo Asesor Externo de la misma institución.

            Ha sido conferencistas en el World Energy Consul, en el Foro Aspen, en el Congreso Nacional de Ingeniería Civil en la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, en CANACINTRA, que es la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, en la Asociación Mexicana de Calidad en la Universidad Iberoamericana y en la Facultad de Ingeniería, entre otras instituciones.

            En el 2001, asistió al Foro Eco-nómico Mundial de Davos, Suiza. El ingeniero Luis Zárate Rocha participa en los siguientes consejos de administración: Empresas ICA, Fundación ICA, Grupo Aeroportuario Centro-Norte, Operadora Mexicana de Aeropuertos, Consorcio Internacional de Medio Ambiente, Consejo Consultivo Económico del estado de México.

            Es miembro de número de la Academia Mexicana de Ingeniería y vicepresidente del Comité Técnico del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica. Ingeniero Luis Zárate Rocha, el escenario es tuyo.

-ING. LUIS ZÁRATE ROCHA: Muchas gracias. Buenas tardes, compañeros congresistas, todos amigos.

            Para ICA es muy honroso tomar parte activa en un Congreso, que además de llevar a cabo sus trabajos, conmemora los primeros 50 años de actividades ininterrumpidas de nuestra Cámara, donde orgullosamente GUS-TA e ICA fuimos fundadores.

            Ante ustedes y complementan-do lo dicho por mis compañeros, quisiera hacer algunas reflexiones sobre temas relevantes de la infraestructura. Iniciaré comentando algunos aspectos de las comunicaciones terrestres, aéreas, portuarias; platicaré brevemente sobre energía, conservación del medio ambiente y terminaré con algunos comentarios acerca de la vivienda.

            Y al final, comparto con ustedes algunas reflexiones propositivas, en torno a cómo detonar la infraestructura física de nuestro país; infraestructura que hasta 1992 fue siempre realizada por los constructores mexicanos.

            Comento con ustedes que de acuerdo con el cálculo de la OCDE, la única alternativa de nuestro país para hacer frente a su rezago histórico en materia de construcción de infraestructura, es invertir año con año, hasta el 2010, 35 mil millones de dólares. Esta inversión implicará multiplicar por 20 el monto autorizado en el 2002 para Pemex, en el rubro de PIDIREGAS, y por 37 el monto que actualmente dispone la CFE.

            Para cumplir su parte en el es-quema carretero, la SCT, debiera multiplicar por 15 el número de carreteras que se planean concesionar a particulares en lo que resta del sexenio.

            De esta manera, el monto de los requerimientos anuales de inversión en infraestructura, en todos los rubros, equivale al 9.5 del PIB de nuestro país. Este monto se canalizará a carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, electricidad, petróleo, gas natural, agua, telecomunicaciones y medio ambiente.

            Adicionalmente, para el desarrollo sostenido de la vivienda, elemento fundamental para el crecimiento social ordenado de nuestro país, se necesita invertir actualmente 150 mil millones de pesos en rubros de agua, energía y obras públicas varias.

            Especialistas de Estándar and Poor’s sostienen que el tema del agua es el que reporta el mayor rezago y que, en infraestructura en general, México tiene un retraso importante en comparación con nuestros socios comerciales, lo que nos hace no ser competitivos.

            Con relación al estado actual de las carreteras, la SCT comenta que debido al insuficiente mantenimiento que se ha dado a la red actual, durante los últimos ocho años, el deterioro actual es causa de sobrecostos por más de 20 mil millones de pesos anuales, en ineficiencias en el transporte de personas y mercancías.

            La red, conformada por más de 330 mil kilómetros, incluidos caminos rurales y brechas, se considera que el 40 por ciento se encuentra en mal estado; el 35 presenta condiciones regulares y el 25 restante buenas.

            Para mejorar estas condiciones, se necesitan más de 112 mil millones de pesos durante el sexenio; es decir, 18 mil 750 mil millones de pesos al año. Cifra que de todas maneras es menor al daño económico que causa a nuestro país el deterioro actual.

            Tan sólo para modernizar y conservar los 42 mi kilómetros de nuestra red federal de carreteras, se requieren inversiones de 180 mil millones, entre el año 2002 y el año 2006. De este monto, sólo el 45 por ciento se podrá obtener de recursos fiscales; además, se pretende modernizar el 90 por ciento de los corredores troncales. En consecuencia, tendremos que accesar a otras fuentes de financiamiento.

            En cuanto a la red ferroviaria nacional, prácticamente concesionada, resaltan dos áreas de oportunidad. El desarrollo de un mercado de transportación de carga como parte integral de la red de transporte modal y el servicio de transporte de pasajeros en poblados únicamente comunicados por este medio.

            Del tema aeroportuario podemos decir que con excepción del de la ciudad de México y algunos otros que todavía opera ASA, la responsabilidad de los programas de inversión y desarrollo corre a cargo de los socios estratégicos que adquirieron, bajo el es-quema de concesión, una porción de la propiedad accionaria.

            Para nuestra industria habrá oportunidades en la construcción, re-modelación y ampliación de las instalaciones existentes, así como el fortalecimiento de la carga aérea.

            No podemos dejar a un lado la construcción del inminente aeropuerto de la ciudad de México. En temporadas con alta frecuencia de vuelos, además de la saturación de la terminal, las condiciones de operación en horas pico, se acerca ya a los límites técnicamente recomendables.

            Por ello, este proyecto que varias veces se ha postergado por coyunturas circunstanciales, merece ser impulsado antes de que su necesidad resulte apremiante.

            Cuando esto suceda, la industria mexicana de la construcción está lista para afrontar este reto, en base a consorcios constructores de mexicanos, que formemos alianzas estratégicas, sumando recursos, balances, maquinaria. Esto no es nuevo para nuestra industria; los grandes proyectos del pasado se hicieron en base a consorcios.

            Tenemos el Metro, el drenaje profundo, Huites, obras tan complica-das técnicamente y también resueltas por la ingeniería mexicana.

            Acerca de nuestra infraestructura portuaria, también está parcialmente concesionada; se reconoce la necesidad de modernizar y desarrollar la mayor parte de las instalaciones actuales, porque no corresponden ni a los litorales ni a la posición geográfica del país. El rezago es innegable.

            Mientras las terminales de Manzanillo y Veracruz movilizan conjunta-mente cada año un millón de “TEUS”, Long Beach y Los Angeles mueven 4.6 y 4.8 millones de TEUS respectiva-mente; además del dato que dio Leandro de los puertos de Hong Kong.

            Si bien el proceso de desincorporación llevado a cabo por las API’s es un paso importante, es necesario que los concesionarios acorten los tiempos de sus programas de expansión y desarrollo.

            En el rubro de electricidad, sabemos que el 72 por ciento de las plantas eléctricas del país tiene más de 20 años de operación, lo que provoca sobrecostos importantes en la generación. La edad de las plantas de energía eléctrica que operan en el país, se aprecia en el hecho de que existen 81 de ellas, que representan casi el 30 por ciento del total, que iniciaron sus operaciones antes de 1972.

            El crecimiento de la demanda eléctrica, obligará a usar todas las plantas disponibles, independiente-mente de su vida útil, pues de acuerdo con la CFE, las nuevas inversiones en curso, se dirigen a ampliar la capacidad de generación y no a sustituir plantas antiguas.

            México cuenta con 274 plantas eléctricas, de las cuales 52, que representan 42 por ciento de la capacidad del país, llevan en operación menos de 15 años.

            Es urgente que en una visión de Estado, en una política desligada de aspectos partidistas, el Congreso tome su responsabilidad que le corresponde y apruebe la reforma eléctrica que tanto daño nos podrá hacer en el futuro.

            El programa de obra de infraestructura en el sector eléctrico, plantea la construcción de 61 nuevas centrales eléctricas, para satisfacer la demanda de energía que crece a un ritmo anual del 5.5 por ciento, y poder respaldar el crecimiento económico del país, en el periodo del 2002 al 2011. Estas centra-les tendrán una capacidad total de arriba de los 29 mil megawatts y permitirán el crecimiento económico del país hasta por un cinco por ciento.

            De acuerdo a la Comisión Federal, en los próximos 10 años se tendrán que construir tres centrales hidroeléctricas. El contrato para la realización de la primera de ellas, El Cajón, fue firmado recientemente con un consorcio formado por ICA y otras empresas asociadas.

            Este proyecto, además de los retos técnicos que representa su ejecución, tiene y tendrá la complejidad de la obtención del financiamiento y de las garantías necesarias para su fondeo. Pero este proyecto, sin duda, impulsa a la ingeniería mexicana  en su conjunto y formará una nueva generación de constructores mexicanos, que afrontarán los siguientes retos en el tema hidroeléctrico, como la presa de La Parota, en Guerrero; la presa de Copainalá, en el Río Grijalva.

            Obras que requerirán inversiones de arriba de los tres mil 500 millones de dólares y darán una capacidad adicional a los mil megawatts.

            En cuanto a Petróleo, México produce diariamente 3.5 millones de barriles y ocupa el noveno lugar en el mundo en reservas probadas, con 28 mil 260 millones de barriles. El objetivo para el 2006 es aumentar la producción en un millón de barriles adiciona-les, para obtener beneficios de esta riqueza natural.

            En esta misma línea, buscaremos aumentar la producción de gas natural en un 50 por ciento en los próximos tres años. Y de esta manera, liberar las injustificadas importaciones que hoy se realizan en este producto, que equivalen a mil 300 millones de dólares anuales.

            En petroquímica el propósito se centra en revitalizar la cadena del eta-no, garantizando a la iniciativa privada contratos de largo plazo, para que se invierta en la rama secundaria.

            En las aguas internacionales del Golfo de México, existen enormes ya-cimientos de petróleo y gas natural. Se trata de explotaciones en aguas a una profundidad de más de mil pies, cuya producción ya excedió a las que se obtienen de aguas menos profundas.

            En el tema del medio ambiente, es fundamental la inversión en este rubro. En la última década, el negocio del medio ambiente logró participación del tres por ciento del PIB en países como  Estados Unidos, Suecia, España y Canadá. En nuestro país es solamente del 0.6 del PIB.

            El problema del aire es funda-mental que se consoliden los programas de calidad en el Valle de México y éstos, a la vez, se lleven, si son exitosos, a los diferentes estados de nuestro país.

            En las plantas de tratamiento de los 240 metros cúbicos por segundo de aguas residuales que genera el país, se tratan menos de 50 metros cúbicos. Se tienen en proyecto las plantas del Valle de México, cuyo financiamiento se ha obtenido por el gobierno desde hace más de seis años; el proyecto sigue, desafortunadamente, en estudio.

            Vivienda, ya se comentó aquí vivienda, el gran rezago que tenemos. Pero no cumpliremos el programa de vivienda del gobierno federal, si no se reduce en forma efectiva la tramitología. Debemos de evitar la especulación en los precios de la tierra; decretar el ordenamiento territorial, crear condiciones para que haya financiamientos accesibles y proporcionar una infraestructura adecuada a los predios por desarrollar.

            Amigos y amigas:

            Nuestras necesidades en materia de infraestructura son considerables, al margen del sano debate de ideologías y la lucha por posiciones políticas, los mexicanos debemos ponernos de acuerdo en cuanto a la urgencia de remontar los rezagos que presenta la infraestructura física en nuestro país.

            Desde hace unos meses, con-tamos con el Consejo Nacional de Infraestructura, entidad plural que, sin duda, es la más indicada para liderear este esfuerzo.

            Por ello, en este foro, hacemos una respetuosa invitación a los miembros de este Consejo para que, a la brevedad, tomen cartas en el asunto y pongamos todos juntos nuestro empeño, a fin de impulsar la creación y modernización de infraestructura.

            Como un paréntesis, ICA reconoce los grandes esfuerzos que Leandro López y su Comisión Ejecutiva realizó para impulsar no solamente el te-ma del Consejo, sino la modernización de la obra pública y otros temas fundamentales.

            En cuanto a las licitaciones internacionales para construir infraestructura en nuestro país, solicitamos del gobierno mexicano un apoyo y un trato justo y equitativo, tal como se hace en otros países con los cuales, inclusive, tenemos  firmados acuerdos comerciales.

            La industria de la construcción mexicana entiende la apertura propia de la globalización de los mercados, pero no deja de reconocer que otros países ejercen una protección razonable para sus industrias domésticas. No hay que olvidar que el sector de la construcción en México es el detonador de 36 de las 73 ramas económicas que componen nuestro aparato productivo.

            Hoy el diario acontecer deja muy atrás al mundo de los tiempos largos. Las decisiones que tomemos relativas a nuestra infraestructura, deben ser ágiles y oportunas, para que éstas sean útiles; exigen rapidez en el análisis, unidad nacional, acciones comprometidas de parte de los sectores directamente involucrados y una Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción fuerte y unida.

            El futuro será de los países que avancen con agilidad en la dirección adecuada. Llegarán sólo aquellos que cuenten con gobiernos, sector privado, partidos políticos y sociedad civil unidos ante terceros, convencidos del mundo competitivo en que vivimos, que compartan las mismas metas y que recurran al enfrentamiento interno de ideas y procedimientos, sólo para seleccionar las mejores, con miras a un futuro mejor de todos los mexicanos.

            Gracias.

-SERGIO SARMIENTO: Gracias, al ingeniero Luis Zárate.

            Vamos un poco retrasados; vamos al segundo bloque de preguntas.

            La primera pregunta de este segundo bloque es: Como hemos visto a lo largo del Congreso, esperamos un mejor entorno para nuestra industria; ¿qué factor consideras que más re-quiere tu empresa para enfrentarlo? Uno, capacitación; dos, tecnología; tres, financiamiento; cuatro, especialización; cinco, alianzas estratégicas.

            ¿Qué es lo que más se necesita? Financiamiento, se necesita dinero, me imagino que también en condiciones competitivas.

            Vamos a la segunda pregunta; es una pregunta dura, complicada. ¿Crees tú que el gobierno de la República está impulsando adecuadamente el desarrollo de infraestructura del país? Y las respuestas son muy sencillas: ¿sí o no?

            Bueno, mejor no hago ningún comentario.

            Vamos a pasar a la discusión; tenemos unos minutos de discusión, estamos un poco retrasados. De maera que vamos a hacer esta discusión rápida. Hay muchos temas que se han tratado aquí y los han tratado de una forma u otra todos los panelistas. Pero lo que nos están diciendo es: hay grandes necesidades de construcción de infraestructura, eso lo sabemos.

            La industria mexicana de la construcción, también lo han dicho to-dos los panelistas, de una forma u otra, ha sido muy buena en el pasado, ha hecho la construcción de este país. Pero ha llegado el momento en que tenemos que determinar cómo vamos a manejar esto, qué tanta oportunidad se le va a dar a empresas extranjeras, qué tanto se va a manejar aquí, internamente.

            Y dice Juan Diego Gutiérrez Cortina: no estamos pidiendo proteccionismo; dice Luis Zárate: evidente-mente estamos en un mundo globalizado. Pero ¿cuáles deben ser las reglas con las cuales participe la inversión extranjera en la construcción de la infraestructura que sabemos que necesita el país? ¿Hasta qué punto nos protegemos, bajo qué  reglas?

            Quizá pudiéramos empezar con el doctor Felipe Ochoa, ¿hasta dónde?, porque finalmente usted está pro-poniendo, usted nos está diciendo que debemos abrirnos, pero no entregar-nos. Exactamente, ¿con qué reglas habría que hacer esto?

-DR. FELIPE OCHOA ROSSO: Yo pienso que la participación internacional es necesaria y es conveniente y ayuda con tecnología.

            Lo que estamos diciendo es esto: no es lo mismo competir cuando las características de la industria nacional son comprables con las internacionales.

            Y aquí la preocupación no es cómo limitamos a las internacionales, sino cómo fortalecemos a la industria nacional para que tenga las mismas características o muy parecidas a las internacionales, para competir en las mismas condiciones.

-SERGIO SARMIENTO: ¿Cómo fortalecemos a la industria nacional? Juan Diego Gutiérrez Cortina. Medidas con-cretas es lo que estamos buscando.

-ING. JUAN DIEGO GUTIÉRREZ CORTINA: Me parece muy importante: pedir una política de Estado, en donde se desarrolle un producto financiero sólido, a través de la banca de desarrollo, que permita la participación; en otorgamiento de garantías y financiamiento a las empresas nacionales, consorciadas entre nosotros, para fomentar el refortalecimiento del sector mexicano de la construcción y, así, acudir a los proyectos de infraestructura.

            Nada más un punto. Creo que eso no es proteccionismo –como ya lo decía yo-, eso no te lo impide el Trata-do; sería, digo yo, injusto y poco visioario –me parece a mí- dejar morir una industria con alto nivel potencial competitivo, por su incapacidad, hoy, de convertirse en lo que de hecho no es, que es banco.

            Es decir, me parece que con una fórmula como la que incluso ya el Presidente de la República en la presentación, cuando abrió el Congreso Leandro, ya manifestó: el que la banca de desarrollo, a través de NAFINSA, se va a iniciar ese programa y el doctor Sojo lo ratificó.

            Creo que ahí tenemos que con-centrar nuestros verdaderos esfuerzos, para que esa respuesta que contestó aquí nuestro auditorio, de que el problema es fundamentalmente financiero, se resuelva.

            Es decir, no nos falta competitividad, no nos falta tecnología. Estamos dispuestos a compartirla, estamos dispuestos a que vengan los extranjeros y nos complementen. Pero me parecería terroríficamente triste que nos sustituyeran los extranjeros y les entregáramos el mercado.

-SERGIO SARMIENTO: El problema es de financiamiento, dice Juan Diego Gutiérrez Cortina.

            Las empresas constructoras no tienen porque ser bancos, no están hechas para ser bancos, no es su propósito fundamental. ¿Es éste el único problema?, ingeniero Leandro López, el problema financiero; ¿tenemos otros problemas para que nuestra industria de la construcción pueda competir?

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Bueno, no cabe duda que el financia-miento es parte vital para el movimiento de las empresas constructoras y obviamente para el proceso de construcción de infraestructura.

            Yo creo que aquí ayer se dijo y se hicieron análisis sobre qué necesitábamos de recursos, por dónde podían venir recursos. Yo creo, de manera muy particular, que los dineros de las Afores, como en algunos otros países –aquí están nuestros amigos de Chile- se han utilizados cuando van dirigidos a proyectos que generan un valor agregado, sin riesgo, perfectamente pudiéramos utilizar esos recursos.

            Y hay que recapitalizar a la industria de la construcción. Yo no quisiera que el día de mañana haya con qué, pero no con quién realizar las obras. Entonces, es parte de la estrategia, como política de Estado, de impulsar no sólo la infraestructura, sino de apoyar a la industria nacional. Es el mensaje que dejaría.

-SERGIO SARMIENTO: Utilizar el dinero de las Afores; aquí hay una medida concreta. Finalmente, ese dinero puede servir para inversiones de largo plazo, es un ahorro de largo plazo.

            Luis Zárate, ¿sigue siendo financiero? Finalmente, parece haber un consenso aquí, que el problema es esencialmente financiero; es el consenso del público que está aquí presente, es el consenso de los panelistas. ¿Es la opinión también de Luis Zárate?

 

-ING. LUIS ZÁRATE ROCHA: Sí, sin duda; ya mis compañeros lo expresa-ron claramente.

            Yo nada más insisto en una cosa: la industria está preparada para afrontar los retos. Si la industria busca alianzas estratégicas, no depende el tamaño de la empresa; depende la capacidad y la especialidad de la mis-ma.

            Si sumamos balances –como lo dije- y el gobierno nos apoya con tasas competitivas, sin duda que seremos competitivos. No nos cerramos a los extranjeros, pero el trato debe ser justo y equitativo.

            Tomaremos de los extranjeros lo que nos haga falta y el resto lo haremos en casa.

-SERGIO SARMIENTO: Lo que nos está diciendo el representante de la empresa ICA es que no importa el tamaño; como es una empresa pequeña, seguramente nos lo está señalando por esa razón.

            Pero vamos a seguir con este tema. Aquí hay un consenso, en el sentido de que el problema es financiero. Hay también  consenso en el sentido de que tenemos que abrirnos.

            Pero qué es lo que ha llevado, esta es una pregunta para el doctor Felipe Ochoa, qué es lo que ha llevado a que haya habido estos contratos por un monto de 10 mil millones de dólares en los últimos, que se han ido a empresas extranjeras. ¿Han tenido condiciones especiales estas empresas extranjeras, cuál ha sido el resultado de su trabajo?

-DR. FELIPE OCHOA ROSSO: Bueno, están compitiendo con empresas nacionales, cuyas carátulas, después de 10 años, ya no reflejan la posibilidad de competir en lo que están solicitando los contratos.

            Por eso es que una de las acciones concretas es: vamos ajustando el concurso y los contratos al tamaño de las carátulas, mientras se fortalece la industria de la construcción.

            Y quisiera agregar otras dos recomendaciones concretas. Cierta-mente que el Plan de Desarrollo Industrial 2001-2006 ha señalado a la industria de la construcción como uno de los 12 segmentos prioritarios de desarrollo del país, y están invitando a que se formule un programa de competitividad con la propia industria.

            Mismo esfuerzo que ha hecho la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, pero que tiene que concretarse. Y esa debe ser una exigencia de la Cámara, continuada al esfuerzo que ha hecho Leandro, para que se concrete de inmediato, por la urgencia que tenemos.

            Y el segundo punto que me gustaría señalar, es: si el problema es un problema de carátulas y un problema de garantías, por qué no establecemos o creamos un fondo de desarrollo, con participación pública-privada, pero quizá con manejo privado en mayoría, para quitarnos de normatividad, que afecta muchísimo, y poder ajustar las garantías a la situación de las empresas de la industria.

-SERGIO SARMIENTO: Juan Diego Gutiérrez Cortina, ¿cómo se están desarrollando los procesos de licitación, de subastas, qué aspectos son positivos, qué aspectos son negativos?

            Sé que hay una propuesta, inclusive, que se ha mencionado mucho para tener lo que se llama una subasta en reversa –que se le llama; ¿cuáles son sus beneficios, si es que los tiene, cuáles serían las objeciones de la industria de la construcción?

-ING. JUAN DIEGO GUTIÉRREZ CORTINA: Mira, creo que este tema particularmente se tocó de manera muy abundante el día de ayer.

            Yo simplemente te diría que me uno a la posición de la Cámara, que es la de todos los constructores mexicanos, que éste no es un esquema que favorezca el sano desempeño de los trabajos de la construcción. Éste es un esquema, en mi opinión, perverso, que lo que provocaría sería, incluso, un mayor índice de corrupción, entraríamos un poco en la falsedad de las negociaciones.

            Creo que puede ser un esquema viable para compra de productos en otros sectores del gobierno y de otro tipo de productos. Yo no sé si medicinas, yo no sé si otro tipo de productos; no de servicios.

            La industria de la construcción lo que presta es un servicio que tarda muchos años en entregarlo. De manera que tratar de ajustarlo a un concepto de una subasta en reversa, como se hace en otros países para productos no de construcción, me parece que no es conveniente. Me parece que es un esquema perverso.

            Nada más quería yo regresarme un poquito, si tú me lo permites, a algo que tú manifestaste, que cuál ha sido la resultante de algunos de los contra-tos a las empresas extranjeras.

            Ciertamente no ha sido positivo para el gobierno mexicano. La verdad es que las empresas extranjeras tienen mucha menos responsabilidad que los que vivimos aquí y aquí nos quedamos, y aquí tenemos que seguir respondiendo y poniendo nuestra cara sobre los trabajos buenos, malos o regulares que hayas desempeñado, número uno.

            Número dos, el traer esa carátula financiera, tampoco es que libre al Estado Mexicano de la responsabilidad en la ejecución de los trabajos, porque finalmente, si en las obras ocurren cosas, porque la ingeniería es una ciencia viva, la construcción es una ciencia viva, es dinámica.

            Bueno, esto le suceda a un mexicano, a un extranjero, se tiene que replantear esa circunstancia ante la autoridad. Y la autoridad acabará por entender cuál es la verdad de ese proyecto y tendrá que solucionar el problema. De tal manera que esto tampoco se soluciona.

            Y las empresas extranjeras traen elementos de trabajo, subsidia-dos por sus gobiernos, no nada más el financiamiento, sino la mano de obra. Y por otro lado, subcontratan a empresas medianas mexicanas, a un precio al cual ellos le añaden una cifra adicional, un mark cup, para cobrárselo a la dependencia pública.

            Finalmente, en mi opinión, es una forma malentendida y que no funciona; sale más caro al gobierno y no le quita responsabilidades. Y por otro lado, mina la tecnología, transfiere la tecnología de la operación de México hacia los extranjeros y termina por desaparecer a la industria nacional.

            Quería hacer nada más esa otra connotación.

-SERGIO SARMIENTO: Ingeniero Leandro López Arceo, estamos viendo aquí cifras, que empezaron desde que usted las mencionó, pero que las hemos visto repetidas en el sentido de que este país, nada más este país, requiere de una inversión en infraestructura de 30, 35 mil millones de dólares al año, nada más para no tener un rezago adicional; no para construir un desarrollo hacia el futuro.

            Simple y sencillamente para no quedarnos atrás. ¿No debería ser esto suficiente como para poner a toda la industria de la construcción mexicana a trabajar, qué está fallando en todo este esquema?

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Yo dijera que el problema del rezago en infraestructura no es un problema de los constructores; es un problema del país. Los constructores lo que hemos estado haciendo, de una manera responsable es, primero, sustentadamente señalar en los sectores las carencias que existen.

            Y en otro sentido, dar ideas de cómo impulsar que estas necesidades se realicen. Hemos encontrado un mecanismo, que hemos impulsado, que es el Consejo Nacional de Infraestructura; ya está instalado por el gobierno de la República.

            Como mencionaba Luis Zárate, nosotros quisiéramos percibir en los próximos meses, ya una operación más eficaz. Yo percibo, en mi cotidianeidad de trabajo con las gentes del gobierno de la República, mucha receptividad, pero necesitamos más efectividad.

 

-SERGIO SARMIENTO: Hay receptividad; se necesita efectividad. Luis Zárate, ¿es esto el punto crucial?

-ING. LUIS ZÁRATE ROCHA: Sí. Yo agregaría dos temas, iba a mencionar al Consejo Nacional de Infraestructura, que Leandro lo dijo claramente.

            Hay dos temas fundamentales para detonar la infraestructura. La Ley de Obra Pública; tenemos una Ley de Obra Pública que no promueve la in-versión; tenemos una Ley de Obra Pública restrictiva, a pesar de los avances sustanciales que se han logrado. El fondo de la Ley de Obra Pública sigue siendo el mismo, eso es algo que nos detiene.

            Y segundo, hay órganos de control en el gobierno federal que siguen limitando y desconfiando del inversionista constructor, por un lado, y atando al funcionario público para que tome las decisiones adecuadas. Todos vemos la gran cantidad de concursos que se han tenido que cancelar; obras a medio terminar. Eso daña mucho al país.

            Y a mi juicio, muy personal, se tiene que renovar la función de la Contraloría en el aspecto de la obra pública.

-SERGIO SARMIENTO: Muy bien. Quisiera pasar a la tercera ronda de la encuesta electrónica que estamos realizando, de las preguntas digitales que estamos llevando a cabo.

            La pregunta que les quiero hacer ahora es la siguiente: el Consejo Nacional de Infraestructura, impulsado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción e instalado por el gobierno de la República, ha recomen-dado la creación de Consejos Estatales de Infraestructura, con el apoyo de todos.

            ¿En qué tiempo crees factible su operación en tú estado? Y aquí tenemos tres posibles respuestas: tres meses, seis meses y un año. ¿En qué tiempo es factible la operación de es-tos Consejos Estatales en el estado de todos ustedes?

            Tres meses, el 17 por ciento; seis meses y un año, un empate de 41.1 por ciento. Esto me recuerda las viejas elecciones, en que salían las cosas con demasiada precisión.

            Así es la aleatoriedad del sistema.

            Viene la segunda pregunta: para incentivar a la iniciativa privada a invertir en proyectos de infraestructura que requiere el país, los gobiernos federal, estatal y municipal deberían garantizar la viabilidad económica de los mismos, de estos proyectos. ¿Deben o no los gobiernos garantizar la viabilidad eco-nómica de los proyectos?

            Esta es una pregunta de fondo, tiene mucho que ver con el grado de intervención del Estado en la economía. Y las respuestas muy sencillas: ¿sí o no?

            Sí, sí se debe garantizar la viabilidad económica de los proyectos de inversión, el 86.1 por ciento; no se debe hacer esto, el 13.9 por ciento. Ustedes han hablado.

            Tengo aquí varias preguntas. Voy a empezar con una ronda de preguntas y respuestas, para que podamos concluir a tiempo, ya que estamos bastante retrasados.

            El ingeniero Emiliano Palacios, le pregunta al ingeniero Luis Zárate: ¿cómo construir infraestructura, sin dejar de lado a la sociedad misma? Y comenta: es necesario promover infraestructura de acuerdo a las comunidades beneficiadas directa o indirectamente; de lo contrario, seguiremos postergando el desarrollo de nuestro país.

            Casos, varios: el aeropuerto de la ciudad de México es un ejemplo. La cuestión no es aislar la parte técnica de lo social. Ingeniero Luis Zárate.

n-ING. LUIS ZÁRATE ROCHA: Yo le contestaría a Emiliano, y ya se tocó aquí.

            La infraestructura es una política de Estado, es una política a largo plazo. Y yo insisto: gran parte de los cuestionamientos o preguntas que hace Emiliano, para mí el foro dónde marcar la dirección, nuevamente insisto en el Consejo Nacional de Infraestructura.

            Debe ser un Consejo plural, un Consejo en el que participe iniciativa privada, gobierno, academias, investigadores, universidades. Esa debe ser la gran mesa donde se dirijan los esfuerzos, hacia dónde vamos en el tema de infraestructura.

-SERGIO SARMIENTO: Tenemos aquí una pregunta del ingeniero Carlos Suárez Salazar, para el doctor Felipe Ochoa Rosso.

            Dice: para evitar propuestas baratas –entre comillas- que están a punto de acabar con la ingeniería mexicana, ¿qué opina sobre estas dos: uno, los servicios relacionados deben otorgarse por puntos o porcentajes con valores para la oferta técnica, del 70 por ciento, y económica del 30 por ciento? Las ofertas deben dividirse en estos porcentajes: 70 por ciento para la parte técnica y 30 por ciento para la parte económica.

            Y la segunda propuesta es, para la obra pública definir como propuesta solvente, como aquello que no cause pérdidas económicas al contratista.

            Son dos propuestas. Una, esta división entre la oferta económica y la oferta técnica; y otra, definir que la propuesta no debe causar la pérdida económica al contratista.

-DR. FELIPE OCHOA ROSSO: Por supuesto, Carlos, me voy a dirigir a la segunda: totalmente de acuerdo, que tiene que ser esa la tónica.

            Y con respecto a la primera, que es relativa a servicios relacionados con la obra pública, ciertamente que debe de ser por puntos, y debería de ser obligatoria y no voluntaria para las de-pendencias. Uno, obligatoria; y segundo, la distribución de 70-30 es una distribución que debe depender de la naturaleza del trabajo que se va a realizar.

            Porque 70-30 o una componen-te de 30 por ciento para el costo, al final de cuentas, sigue siendo una de-cisión por costo.

            Habría que decir que hay con-cursos que debieran ser 90-10 u 80-20. Y cuando la situación es que real-mente sí puede hacerse con ahorros específicos para el sector público, sin afectar la calidad, a lo mejor podríamos llegar hasta el 30 por ciento.

-SERGIO SARMIENTO: Gracias. Tenemos una pregunta de Javier Torres Tapia, para el licenciado Gutiérrez Cortina.

            En la plenaria del día de ayer se dijo que es la iniciativa privada la que señala la necesidad de infraestructura al gobierno; ¿qué piensan ustedes de ese mecanismo y cómo ejecutarlo?

-LIC. JUAN DIEGO GUTIÉRREZ CORTINA: Bueno, yo creo que la necesidad de infraestructura debe de nacer de un plan de desarrollo del país, que fundamentalmente debe ser producto de un análisis del Estado o del gobierno mexicano, con la participación de los particulares.

            Otra vez, como lo decía Luis, por ejemplo, del Consejo Mexicano de Infraestructura. Yo creo que de ahí tiene que emanar todo un análisis completo, que honestamente yo creo que sí lo tiene México; es decir, yo creo que hay una gran conciencia de todo el sector público y del sector privado de lo que se requiere en este país.

            Lo que me parece a mí es que estamos un poco varados en el cómo ejecutarlo; pero me parece que sí hay conciencia plena y clara de que se re-quiere una gran cantidad, y hay un Plan de Desarrollo que manifiesta lo que se tiene que llevar a cabo.

-SERGIO SARMIENTO: Para el ingeniero Leandro López, esta pregunta viene de una persona que no se identifica, pero se identifica como estudiante de Ingeniería del Instituto Politécnico Nacional. Y nos dice:

            En su exposición, ingeniero Leandro López, muestra usted clara-mente que la infraestructura mexicana es pobre. Pero desde el punto de vista realista, ¿cree usted que para el año 2010 pueda mejorar dicha infraestructura?

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Bueno, ayer dijo Javier Prieto, cuando se comentaba sobre estas necesidades, comentaba que comparado con quién. Yo quisiera referirme a que es-tas necesidades de infraestructura que planteamos es comparado con nosotros mismos.

 

            Es decir, nosotros necesitamos, si queremos ser un país competitivo, llegar a estos niveles de inversión y de crecimiento.

            No creo que en seis, siete años podamos tener los niveles que yo ex-puse en todos los sectores. Sin embargo, creo que en algunos, si los tomamos con la seriedad debida, con la oportunidad del caso, pudiéramos resarcir ese rezago que tenemos en este momento.

-SERGIO SARMIENTO: De Gonzalo Gout, y es una pregunta para todos.

            La legislación de los últimos 10 años no ha tenido el menor elemento de fomento; ni siquiera el menor elemento de fomento. La legislación mexicana de este sector es injusta, desequilibrada, persecutoria y ha destruido nuestra capacidad.

            Es un comentario; ¿alguien quiere comentar sobre este comentario?

-LIC. JUAN DIEGO GUTIÉRREZ CORTINA: Bueno, comparto plena-mente la opinión.

            Creo que por eso hay que insistir en que se considere a la industria de la construcción como un sector estratégico.

            Una vez que se considere como un sector estratégico y a partir de esa definición, se elabore una política de Estado para ese sector estratégico y para el fortalecimiento del sector estratégico, es en donde debemos de buscar que se den esta legislación que busque más el fomento que la persecución o que la limitación o que la burocracia.

            Y que se generen fórmulas financieras o alternativas para que este sector participe, empuje y se desarrolle. Yo lo comparto.

            Creo que hay una conciencia  actual en el gobierno de hoy, de que esto hay que cambiarlo. Hay que aprovechar, en mi opinión, esta buena oleada de voluntad y de conciencia que existe ya en el sector gobierno, en cuanto a considerar a la industria mexicana como sector estratégico. Y creo que hay que buscar que se concrete y se defina de esa manera.

-SERGIO SARMIENTO: Tengo una pregunta para el ingeniero Luis Zárate, viene del señor Thomas Black; la pregunta viene en inglés, la voy a leer en inglés y en español. Y nos dice:

            La Secretaría de Comunicaciones y Transportes dice que quiere que las compañías privadas construyan 15 carreteras de cuota, equivalentes a mil 35 kilómetros, a un costo de 23 mil millones de pesos. Pero ¿qué bancos o qué inversionistas estarán dispuestos a proporcionar el financiamiento, dado el desastre financiero que llevó a la confiscación gubernamental de las carreteras de cuota en 1997, el llama-do “rescate carretero”?

-ING. LUIS ZÁRATE ROCHA: Bueno, en primer lugar, SCT todavía no tiene claro cómo va a concesionar estos proyectos. Ese es, a mi juicio, el punto de partida; muy respetable, pero es una realidad.

            Segundo, y bien lo dijo Juan Diego, no vamos a ser banco; bueno, por lo menos ICA, no quiero hablar de toda la industria. ICA no va a ser banco... (TERMINACIÓN DE CASETE)

-SERGIO SARMIENTO:... claro, y esto lo planteó desde un principio el ingeniero Leandro López Arceo, es que México tiene una enorme necesidad de infraestructura, infraestructura básica.

            Tenemos unos grandes requerimientos, simple y sencillamente para mantenernos en el paso, en el nivel que tenemos ahora y, por supuesto, más todavía para seguir avanzando como país.

            Creo que hay un consenso aquí; es un consenso que comparten los panelistas, pero que comparten también los participantes en esta sesión, que son todos ustedes, de que el problema fundamental es financiero.

            No es un problema de capacidad de construcción, no es un problema de capacidad técnica de la industria mexicana de la construcción. Hay un problema financiero que, de alguna forma, ha quedado manifestado en la declaración de Juan Diego Gutiérrez Cortina, de que no somos bancos ni pretendemos ser bancos, ni podemos ser bancos.

            Somos una industria de la construcción que tiene la capacidad técnica, de muy alto nivel, y que lo ha de-mostrado en el pasado, como lo indicó también el ingeniero Luis Zárate.

            ¿Qué tenemos que hacer? Tenemos que buscar nuevos esquemas de financiamiento, hacer también ciertos cambios en la estructura, en el marco legal. Por ejemplo, Luis Zárate sugirió la necesidad de modificar una Ley de Obra Pública, que no promueve la inversión en infraestructura.

            Y mucho se ha hablado aquí del Consejo de Infraestructura, que podría ser, finalmente, el mecanismo que permitiera llegar a todos los participantes, a todos los responsables: los legisladores en su momento, el gobierno también la necesidad de cuáles son las medidas que hay que tomar, para re-animar, para reavivar esta industria de la construcción de México que, como se ha dicho una y mil veces, tiene una gran tradición de calidad, que hemos visto precisamente en este país enorme, en este país en el que vivimos todos y en el cual, precisamente, nos beneficiamos de su infraestructura.

            Eso es todo en esta sesión.

            No sé si los panelistas quieran hacer un comentario final.

            Yo había terminado de terminar precisamente. Ahora estamos terminando, razonablemente en punto, razonablemente como queríamos hacer-lo.

            Vamos a pasar ahora a una presentación de reconocimientos.

            El ingeniero Leandro López Arceo, nos va a ofrecer un comentario final.

-ING. LEANDRO LÓPEZ ARCEO: Nada más una reflexión final a lo que aquí se ha expuesto en la mesa y que quisiera dejar sentado, que el mensaje, las conclusiones llegará a la mesa, a la cual estoy seguro, nos estamos dirigiendo estas palabras.

            Primero, que ante todas estas necesidades de infraestructura, no hay que esperar terremotos, huracanes u otras contingencias para invertir en infraestructura.

            Recordar, como dije ayer, las inversiones en infraestructura son precisamente, eso: inversiones y no un gasto.

            Segundo, que yo no me atreve-ría, de una manera seria, a decir que México es un país competitivo, si no tenemos en un futuro cercano más y mejor infraestructura.

            Y finalmente, se dice mundial-mente que cuando la construcción va bien, el país va bien. Ojalá que le vaya muy bien a México.

            Gracias.

-SERGIO SARMIENTO: Amigos, es todo por este panel plenario.

            Va a haber un panel todavía de conclusiones y la clausura, por supuesto, formal de este evento.

            Quiero agradecerles la atención que nos han prestado.